sábado, 26 de octubre de 2019

Katoomba - Mount Solitary - Wentworth Falls

El mirador más turístico de las Blue Mountains se encuentra en Katoomba y permite contemplar de cerca las famosas Tres Hermanas. Tras ellas, el enorme valle Jamison: una depresión rodeada por un circo de acantilados y cubierta por un espeso bosque de apariencia impenetrable. Y en el medio del valle, una roca con forma de mesa que se eleva casi 800 metros por encima del fondo del valle y tiene 5 kilómetros de largo. Los aborígenes llaman a este monte Korowal ("el fuerte"), y los colonos europeos lo llamaron Mount Solitary, se supone que por su aislada situación en el centro del valle.

Llevaba tiempo planeando explorar esta zona, así que decidí hacer un circuito de 3 días y 2 noches. La primera jornada comenzó en Katoomba (1000 metros de altitud), junto a las Katoomba Falls. Tras descender el acantilado por Furber Steps y llegar a Scenic World, tomé la senda Federal Pass. Se trata de una antiguo camino centenario de vagonetas mineras tiradas por mulas, por lo que es casi plano alrededor de la cota 750. La única excepción es la zona del derrumbamiento (Landslide) que es mucho más accidentada y rocosa debido a que el acantilado se desplomó sobre el antiguo camino. La ruta recorre la cabecera Oeste del valle, a los pies de una muralla de roca llamada Narrow Neck. Continuando con la toponimia descriptiva, la senda se aproxima a Ruined Castle, un pináculo rocoso natural pero que evoca la silueta de un castillo destruido. En lugar de subirlo, decidí guardar fuerzas y acampar a sus pies en una pequeña zona acondicionada en la espesura del bosque, dotada de depósitos de agua y letrina.


El comienzo de la segunda jornada recorre un ismo (cota 650) que conecta el Mount Solitary con Ruined Castle, y que permite aproximarse a Solitary sin descender hasta el fondo del valle. Aunque Solitary está casi completamente rodado por paredes verticales, por el lado Noroeste extiende una cresta que permite asaltar la cumbre sin utilizar equipamiento de escalada. No obstante, la subida tiene algo de dificultad técnica. Son solo 300 metros de desnivel, pero la cresta hace honor a su nombre: Korowal Knife Edge. Es una arista muy estrecha con importantes desniveles a ambos lados. La única forma de ascenderla es precisamente por el filo del cuchillo. En varios puntos es necesario hacer pequeñas trepadas o contorsionarse para pasar por grietas. En buenas condiciones meteorológicas, con buen equipamiento y algo de experiencia, se trata de una ascensión divertida y razonablemente segura ya que existen multitud de puntos de agarre. Gracias a que esta parte del recorrido se realiza por roca desnuda, según se gana en altura se abren fenomenales vistas panorámicas.

La cima de Solitary parece una meseta desde la distancia, y efectivamente tiene superficies planas y boscosas donde se puede acampar, pero también algo de relieve. La cima Oeste tiene 950 metros de altura, y tras recorrer varios kilómetros se llega al lado Este, a unos 850 metros de altura. Toda la cima está cubierta de árboles, pero acercándose a los bordes de los acantilados en ocasiones se pueden contemplar espectaculares panorámicas. Hacia el Norte: la parte más familiar del valle Jamison, con Katoomba, Leura y Wentworth Falls. Hacia el Sur: un valle aún mayor, de decenas de kilómetros de anchura. Al fondo de puede ver la cola del embalse de Warragamba, el principal suministro de agua de Sydney, con una capacidad 60 veces superior a Tanes.

El descenso por la cara Este del Mount Solitary es una muy empinada ladera boscosa. En algunos tramos han construido escalones, pero en otros es necesario descender con cuidado por las rocas, grava o arena con ayuda de los bastones. En apenas un kilómetro se bajan 500 metros. Tras una intersección el camino se torna más cómodo y al poco se alcanza una amplia pista forestal en suave descenso hacia el río Kedumba. Al otro lado del río se encuentra un enorme claro en el bosque ocupado por una pradera donde se puede acampar. Nuevamente hay una letrina pero no hay agua potable. Desgraciadamente el río Kedumba está contaminado y es necesario tratar el agua antes de consumirla.

Esta pradera, a apenas 150 metros de altitud, está rodeada de un impresionante circo de montañas cuyas murallas de casi 1000 metros parecen inaccesibles y adquieren preciosos colores cuando el sol está bajo. Se trata de una localización remota: llegar hasta allí requiere una buena caminata, por lo que solo encontré unos pocos excursionistas acampados allí. Este claro en el bosque tiene su origen en una granja fundada hace 150 años por un matrimonio descendiente de convictos. Varias generaciones sucesivas de la familia Maxwell nacieron, vivieron allí y explotaron la granja casi completamente aislados del resto del mundo. Hace unas décadas la granja quedó abandonada y fue incorporada al parque nacional. Apenas quedan unas ruinas de las construcciones que allí hubo. Una gran población de kanguros y wallabies han hecho suya la pradera.


El tercer día el camino transcurre por una pista forestal (afortunadamente cerrada al tráfico) que remonta el acantilado. Se trata del Kedumba Pass, de 800 metros de desnivel. Al principio transcurre por un bosque de enormes eucaliptos, pero enseguida llega a una zona de zig-zags donde las pendientes rivalizan con las del Angliru. El camino está en excelentes condiciones y atraviesa una zona excavada en la roca. Tras completar el ascenso, todavía quedan 7 kilómetros de paseo hasta la estación de Wentworth Falls.







martes, 15 de octubre de 2019

Jardín de rododendros en Blackheath

Aprovechando mi reciente paseo desde Blackheath, fui a visitar el jardín de rododendros de esta localidad. Se encuentra en una depresión en la parte norte del pueblo. Fue creado y está mantenido desde hace 50 años por una asociación de voluntarios, y la visita es gratuita aunque piden un donativo. Yo estaba solo de paso ya que objetivo ese día era otro, así que solo estuve un pequeño rato y apenas recorrí algunos de los caminos del jardín. En total dicen tener 2000 coloridos rododendros, además de otras especies.

La última foto de esta serie no es un rododendro, sino una waratah, una flor típica de esta parte de Australia y que es el símbolo de Nueva Gales del Sur (NSW).









domingo, 13 de octubre de 2019

Blackheath - Hanging Rock

Hanging Rock es una roca que no debería existir.

Para llegar hasta allí desde la estación de Blackheath hay que recorrer unos 7 kilómetros por una cómoda pista forestal. Al terminar la pista solo hay que caminar unas decenas de metros para llegar al mirador de Burramoko. Este puesto de observación se encuentra al borde del acantilado sobre el Grose Valley, en el lado opuesto al monte Banks, y permite disfrutar de vistas panorámicas sobre valle unos 400 metros más abajo. Los acantilados son totalmente verticales, y el mirador no dispone de ningún tipo de valla, por lo que conviene mantener una distancia de seguridad.

Aunque las panorámicas son fantásticas, el foco de atención es una caprichosa arista de roca situada unas decenas de metros más abajo. Para llegar hasta allí hay que descender por una precaria senda, pero el esfuerzo merece la pena. Esta roca se llama Hanging Rock, y como su nombre indica, se encuentra suspendida sobre el valle en unas condiciones inverosímiles. Su forma prismática y estrecha se proyecta sobre el vacío y hacia el cielo. En lugar de estar firmemente sujeta al resto de la montaña, una espectacular grieta de un metro de ancho evita el anclaje. Inexplicablemente, Hanging Rock resiste (por ahora) a los elementos en aparente desafío de las leyes naturales.

Extrañamente, las autoridades todavía no han vallado el acceso, ni inundado la zona de carteles de peligro (bastante innecesarios para cualquier persona con sentido común). Algunos valientes saltan la grieta para caminar sobre la roca y posar en su extremo. Otros utilizan la posición de la roca, opuesta al acantilado contiguo, para columpiarse con cuerdas (actividad que ya se ha cobrado alguna víctima mortal y ha dejado gravemente heridos a otros).

No voy a enlazar los videos de semejantes locuras. En cambio, voy a recomendar el tranquilo video del veterano bloguero y amante de la naturaleza David Noble, quien es una de mis referencias para planear mis excursiones alrededor de Sydney. Usando un dron (con permiso del Parque Nacional), David se recrea en las perspectivas de los acantilados y de Hanging Rock, especialmente a partir del minuto 2:40 y hasta el final del video.