Aquí el camino enlaza con un tramo del Great North Walk, avanzando precisamente hacia el Norte por la orilla Oeste y atravesando hermosos humedales. Al llegar la ancha Epping Road, el Great North Walk propone seguir por la orilla Oeste, pero como ya conocía esa ruta esta vez exploré el camino por la orilla Este. Fue una buena decisión, porque la senda es más interesante por ese lado y está en buenas condiciones.
La única dificultad se encuentra al llegar al campo de golf de Chatswood. La senda y uno de los hoyos comparten el mismo espacio, y aunque unos carteles municipales recomiendan extremar las precauciones, la sensación es de peligro. Varias pelotas cayeron a escasa distancia mientras yo aceleraba para salir de la "zona de tiro". En un país tan obsesionado con la seguridad como este resulta increíble que existan campos de golf adyacentes (o superpuestos, como en este caso) a rutas señalizadas o calles públicas. Hace unas semanas, en otra zona de Sydney, presencié como una pelota de golf extraviada caía del cielo como un meteorito y rebotaba en el carril de una autopista, afortunadamente en un espacio donde no había un coche en ese momento. Un impacto en una persona o un ciclista podría ser mortal, y un impacto en un vehículo podría provocar un serio accidente.
Afortunadamente en esta ocasión no sucedió nada más. Tras superar este "handicap", continué por el camino Rail to River, ascendiendo progresivamente por la ladera de Chatswood hasta llegar a la cima.