viernes, 31 de agosto de 2012

Un apartamento en Sydney

Todo el mundo dice que encontrar un apartamento en Sydney, especialmente en el centro, es una misión que requiere tiempo (semanas) y mucha paciencia. Yo he sido tremendamente afortunado, porque he encontrado uno en sólo 24 horas de búsqueda, habiendo visitado apenas cuatro localizaciones y habiendo rellenado sólo una solicitud. La gente no sale de su asombro cuando explico este logro.
La vivienda es muy cara en Sydney, y la mayoría de la gente vive de alquiler. En la zona centro, un apartamento de un dormitorio tiene una renta de $500-$600 por semana, ya que se paga por semanas, no por meses. El mercado de apartamentos es muy competitivo desde el punto de vista del inquilino, y en mi caso han resultado fundamentales los buenos consejos recibidos de otros expats y la colaboración prestada por mi empresa. Una vez localizados algunos apartamentos interesantes a través de dos fenomenales aplicaciones de iPad, los visité. Los agentes inmobiliarios anuncian un horario para hacer "inspections", por ejemplo, este Miércoles de 12:00 a 12:15, y van allí, abren el piso y empieza a aparecer gente para echar un vistazo. Todo sucede muy deprisa, las visitas son fugaces. Si el apartamento te interesa, hay que pedirle al agente un "application form", cumplimentarlo durante las siguientes horas y cruzar los dedos. Con el application form hay que adjuntar un montón de documentación: referencias personales y profesionales, nómina, pasaporte, carnet de conducir, extracto bancario, tarjeta del seguro médico... El agente examina las solicitudes recibidas en las horas siguientes a la inspección, llama a tus referencias para comprobarlas, y elige a un nuevo inquilino. Ahí es donde he tenido mucha suerte, porque lo he conseguido al primer intento.
Mi nuevo hogar es un modesto apartamento en el bonito barrio de Pyrmont, cuya principal ventaja es si situación, ya que me permite caminar 20 minutos hasta el trabajo. Incluso hay un carril bici (menos habituales de lo que yo esperaba, por cierto) y un autobús desde la puerta de mi casa hasta la oficina. De todas formas, supongo que muchos días iré a trabajar andando, porque para llegar a la oficina tengo que atravesar el precioso Darling Harbour a través del Pyrmont Bridge, el puente peatonal que aparece en la parte izquierda de la foto. Es la zona que más me ha gustado de Sydney, al menos hasta ahora.
Mi pequeño pisito está en un edificio de apartamentos, muy habituales en el centro. Dispone de zonas comunes, como una piscina cubierta, un gimnasio bien equipado y una terraza compartida con estupendas vistas y habilitada para barbacoas. Ahora me queda esperar unas semanas a que quede libre, y pensar cómo voy a amueblarlo.

lunes, 27 de agosto de 2012

Llegada a Sydney

Ayer llegué a Sydney. La primera toma de contacto ha sido muy buena. El tiempo es estupendo, pese a estar en invierno, incluso en algunos parques hay gente tomando el sol. La empresa me ha acogido estupendamente, facilitándome el transporte desde el aeropuerto y un alojamiento temporal compartido mientras me busco un apartamento. Estoy en una localización muy céntrica. Ayer fue un día para hacer los primeros trámites, como presentarme en la empresa, completar la apertura de la cuenta bancaria y conseguir una línea telefónica móvil, pero sobre todo para descansar y superar el jetlag. El viaje fue muy largo, aunque no esperaba otra cosa.
En esta segunda mañana me he dedicado a explorar la zona centro y visitar los lugares más irónicos, así como hacerme la foto de rigor delante del Opera House. La zona centro (llamada CDB) está llena de rascacielos y edificios históricos de tipo colonial, tiendas de lujo, galerías comerciales, oficinas y bancos. La zona del puerto (Circular Quay) es donde se concentran los restaurantes y los turistas. También he visitado el jardín botánico.
Comenzaré a trabajar la próxima semana, así que en estos próximos días me dedicaré a buscar un piso, algo que según me cuentan, no es fácil.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Permiso de conducir internacional

Según tengo entendido, para conducir en Australia más allá de los primeros meses, necesito un permiso australiano, el cual espero poder obtener por convalidación del español, aunque no lo tengo muy claro. Lo que sí está claro es que para poder conducir los primeros días, y para facilitar después la obtención del permiso australiano, necesito ir para allá con un permiso de conducir internacional. Este documento es una especie de cartilla en múltiples idiomas, con una validez de 1 año, y que me autoriza para conducir en casi todos los países. Para obtenerlo, he ido a la Jefatura Provincial de Tráfico, y tras una bien organizada cola de 15 minutos, una amable funcionaria me ha expedido el documento en tan solo 5 minutos y previo pago de unos 10 euros en tasas mediante la tarjeta de crédito. Ha sido fácil y sencillo, aunque esta vez tampoco me ahorraré algunos comentarios:

  • Según la página web, no necesitaba aportar fotocopia de mi DNI ni mi carnet de conducir español. Al llegar a la Jefatura, me dieron un documento con instrucciones en que se indicaba que sí hacía falta la fotocopia del carnet actual (¿para qué quiere Tráfico que yo aporte una fotocopia de un documento que me han expedido ellos?). Así que salí de la oficina, hice la fotocopia, y volví a la cola. Al llegar a la mesa, la funcionaria me explicó que en realidad en esa oficina no hace falta la fotocopia porque la jefa ha decidido que no la necesitan, y que lamentaba lo de las instrucciones, pero es que eran genéricas enviadas desde Madrid.
  • He quedado bastante impresionado con el entorno de trabajo de la funcionaria que me ha atendido, que como ya he indicado, se comportó con amabilidad y eficacia. Me sorprende que a estas alturas, la mesa de la funcionaria esté repleta de sellos y tampones (usó unos cuantos en mi documento), grapadoras, tijeras, pegamento e impresos. Apenas usó el ordenador, y sí que dio buen uso al resto del material.
  • El documento es una cartilla que parece un libro escolar. Digo yo que si mi visado australiano es tan sólo un bit asociado a mi pasaporte, ¿el permiso internacional no podría ser otro bit? Claro, que todo esto se rige por un convenio internacional de 1949, y no parece que haya avanzado mucho desde entonces...

Abriendo una cuenta bancaria en las antípodas

Un asunto que quería dejar arreglado antes de marchar para Sydney era abrirme una cuenta bancaria, para así poder viajar sin dinero. Ha resultado bastante fácil. Los principales bancos australianos están muy preparados para estas situaciones, y disponen de secciones enteras en su web para los expat (los inmigrantes), además de personal especializado en tratar estas cuestiones. Después de leerme muchos documentos y comparar las ofertas, elegí un banco, rellené un formulario en la web, y unas horas después ya me habían mandado por correo electrónico los detalles de mi nueva cuenta bancaria. Con eso es suficiente para hacer una transferencia desde mi banco español (por cierto, unos 40 euros en comisiones). Además, mi nuevo banco australiano ya me ha enviado por correo postal a mi nueva oficina toda la documentación impresa correspondiente, y ya están preparando mi tarjeta de débito. Al día siguiente de abrir la cuenta recibí una amable llamada telefónica para confirmar los datos, y para facilitarme mi usuario/contraseña para operar por internet y con mi iPad.
No obstante, por ahora la cuenta está en modo "sólo ingresos", es decir, puedo transferir dinero, pero no retirar fondos ni domiciliar recibos. Para eso, en cuanto pise suelo australiano, tengo que presentarme físicamente en una oficina del banco para "verificar la identidad". Es el último detalle que falta para completar el proceso. Con un poco de suerte, a las pocas horas de aterrizar, ya podré estar pagando mis primeras compras con mi nueva tarjeta.

martes, 14 de agosto de 2012

Yo soy español, español, español

Yo soy español, español, español. Y por tanto, tengo un DNI que caduca periódicamente. En concreto, mi actual documento caduca en apenas 5 meses. En un alarde de previsión, hoy he ido a la comisaría a renovarlo, ya que en Enero no podré hacerlo por encontrarme fuera del país (aparentemente en el consulado no se puede hacer, solo en una comisaría en suelo español). Pedí la cita, me desplacé 20 Km, di vueltas durante 20 minutos para encontrar dónde aparcar, y por fin llegué a la ventanilla. Allí me informaron, con gran amabilidad y corrección, que sólo puedo renovar el DNI en los últimos 3 meses de vigencia. Vamos, que no podré hacerlo antes de marchar, porque ahora faltan 5 meses. Ni siquiera podría "perderlo" y solicitar otro, ya que me harían un duplicado con la misma caducidad que el anterior. El atento funcionario me recomendó dejar que el DNI caduque, y volver a la comisaría cuando me encuentre de vacaciones en España.
Por si acaso está leyendo este blog algún alto funcionario del Ministerio de Interior, ahí van algunas reflexiones:

  1. ¿Por qué no puedo renovar el DNI anticipadamente? Me parecería justo que hubiera que pagar alguna tasa por el trabajo extra ocasionado, pero al menos debería existir la posibilidad.
  2. ¿Por qué el trámite no está más digitalizado? Por ejemplo, ¿por qué debo llevar una foto tamaño carnet, cuando en cualquier aduana te hacen la foto instantáneamente? ¿por qué no es tan sencillo como renovar una tarjeta de crédito?
  3. Ciertamente, en la página web se indica que el trámite debe hacerse en los últimos 90 días de vigencia del documento, pero entonces, ¿por qué no me avisaron cuando pedí la cita previa, teniendo en cuenta que el formulario de solicitud de cita pide expresamente la fecha de caducidad del documento anterior? Compatriotas del Ministerio, pídanle a su informático de cabecera que añada una sencilla condición "if" con aritmética de fechas para evitar dar citas sin sentido.
En general, ¿por qué he podido abrir en 10 minutos una cuenta bancaria en un país que nunca he pisado, desde el sofá de mi casa a 17.000 Km de distancia, y no he podido renovar mi DNI personándome en una comisaría?

jueves, 9 de agosto de 2012

Apertura del blog

¡Hola! Queda inaugurado este blog. Estoy a punto de emprender la aventura de vivir y trabajar en las antípodas de la tierrina. Sois unos cuantos los que me habéis pedido que os mantenga informados de cómo son las cosas por ahí abajo, así que he decido abrir este nuevo blog. No prometo nada, escribiré cuando me apetezca y quizás me aburra pronto, pero espero que, al menos por una temporada, estéis entretenidos con mis andanzas y descubrimientos.
Para empezar, os invito a admirar la obra de arte que me ha regalado mi hermano para usar como icono de este blog.