domingo, 20 de abril de 2014

Cooks river

Ayer recorrí una parte del paseo fluvial junto al Cooks river. Se encuentra a apenas unos kilómetros al suroeste del centro, tan cerca que se puede llegar hasta allí con el recién prolongado metro ligero. La orilla de este río están salpicadas de parques e instalaciones deportivas, hiladas por una larga pista para ciclistas que se prolonga más de diez kilómetros. Durante el agradable paseo se pueden observar bonitas aves. Por desgracia, también se ven montones de residuos, principalmente recipientes de plástico, flotando por el rio y acumulándose en sus orillas.

miércoles, 16 de abril de 2014

Una botella de vino

Sydney no es la capital de Australia, sino de Nueva Gales de Sur (NSW), el más antiguo de los 6 estados que forman Australia. Tiene una superficie 40 veces mayor que la "vieja Gales del norte" o casi el doble que la de España, y una población de más de 7 millones. Como Estado, tiene un Gobernador y un Premier con un consejo de Ministros. Barry O'Farrell llevaba desempeñando el cargo de Premier durante 3 años hasta que esta mañana ha presentado la dimisión. ¿El motivo? Le han pillado en un renuncio en relación a un regalo que al parecer recibió. Según todos los indicios, el CEO de una empresa de gestión de aguas obsequió al recién nombrado Premier en 2011 con una ostentosa botella de vino valorada en $3,000. Hasta ayer, O'Farrell negaba haber recibido tal regalo, pero hoy las evidencias se han acumulado en su contra. Ha aparecido el recibo de la entrega en su domicilio particular e incluso una nota de agradecimiento manuscrita cuya caligrafía ha reconocido sin recurrir a ningún peritaje. Esta mañana, el Premier ha presentado su renuncia y ha admitido que su memoria puede haberle fallado.

Curiosamente, hace un año O'Farrell decidió dar ejemplo y suspendió temporalmente en sus funciones a su propio ministro de finanzas Greg Pearce cuando se supo que éste había cargado al erario público un viaje privado a Canberra por valor de apenas $200.

El Premier O'Farrell no estaba imputado en ningún proceso judicial, y la investigación que ha conducido a su caída se basa en el trabajo de ICAC, una agencia independiente dentro del propio gobierno de NSW. Ha sido durante su comparecencia de hoy como testigo ante la ICAC cuando le han presentado las pruebas que han desmontado su defensa.

Viniendo de España, todo esto suena un poco extraño. Estamos acostumbrados a que los cargos públicos y representantes electos se agarren a su silla, nieguen las evidencias por abrumadoras que resulten, realicen contradictorios desmentidos, resistan numantinamente ante imputaciones judiciales, y todo ello ante sospechas de corrupción, obsequios o sobresueldos con cifras bastante más abultadas. No creo que sea posible generalizar, pero mi sensación es que la manera australiana de hacer las cosas es más saludable.

sábado, 12 de abril de 2014

Economía, urbanismo y especulación

La situación económica de Australia y España no podría ser más diferente. Australia lleva disfrutando de un largo periodo de bonanza económica con una tasa de desempleo en torno al 5%, gracias entre otras cosas a las pujantes exportaciones de materias primas. Viniendo desde España, el contraste resulta muy acusado, pero también me llama la atención encontrar algunos patrones que se producían en España en los años del "boom".

El mercado inmobiliario en Sydney está muy acelerado. Los precios se incrementan un 10-20% anual, y el precio del metro cuadrado en los barrios centrales supera los $10,000. La existencia o no de una "burbuja" inmobiliaria es un tema frecuente de conversación. Los locales parecen convencidos de que no existe tal burbuja, solo una gran demanda creada por el rápido crecimiento de población y la inversión extranjera. También piensan que es un buen momento para invertir en vivienda. Esa confianza resulta un tanto inquietante, después de lo que vivimos recientemente en España.

Esta coyuntura está transformando la ciudad, con barrios como Pyrmont, Redfern o Balmain pasando en pocos años de ser zonas marginales a interesantes barrios residenciales llenos de cafés, un proceso llamado "gentrificación". También da origen a sospechosas operaciones urbanísticas, como la urbanización de Barangaroo (que es un tema para otro blogpost), o el derribo del moderno y premiado centro de convenciones de Darling Harbour (en la foto) para hacer sitio a un nuevo centro de convenciones... y torres de hoteles. La semana pasada se anunció un nuevo plan para el Jardín Botánico, una auténtica golosina cuya supervivencia hasta ahora en la zona más jugosa de la ciudad parece un milagro. Ahora nos anuncian que su explotación comercial es necesaria, comenzando por un hotel de lujo en una de sus esquinas y un escenario permanente para conciertos.



Otro ejemplo más: la prensa de hoy anuncia que el gran canódromo situado en un parque cercano a mi casa será derribado para construir en su lugar hasta 700 apartamentos. Con las plusvalías se espera construir no uno sino dos estadios en la periferia de la ciudad. Seguro que no soy el único a quien esta jugada le recuerda a los pelotazos que vimos en España, algunos de los cuales se quedaron a medio ejecutar.

Por cierto, a quien le interese este tema, no puedo dejar de recomendar el libro "Oviedo detrás de la fachada", de mi amigo Miguel Moro.

domingo, 6 de abril de 2014

Cambio de hora

Esta madrugada terminó el horario de verano en NSW, por lo que atrasamos los relojes una hora. Un efecto curioso es que la diferencia horaria entre España y Sydney varía entre 8 y 10 horas, dependiendo de la época del año. Cuando en España se adelantan los relojes, en Sydney se atrasan, y viceversa. Pero no lo hacemos el mismo fin de semana, sino con un par de semanas de diferencia, así que tenemos un periodo de transición en el que la diferencia es de 9 horas.

Esta anécdota sin mayor importancia me sirve de pie para subir al blog una foto de un reloj de la Estación Central de Sydney que se conserva sólo por su valor artístico-histórico y no por su utilidad práctica, como advierte el cartel.