sábado, 12 de abril de 2014

Economía, urbanismo y especulación

La situación económica de Australia y España no podría ser más diferente. Australia lleva disfrutando de un largo periodo de bonanza económica con una tasa de desempleo en torno al 5%, gracias entre otras cosas a las pujantes exportaciones de materias primas. Viniendo desde España, el contraste resulta muy acusado, pero también me llama la atención encontrar algunos patrones que se producían en España en los años del "boom".

El mercado inmobiliario en Sydney está muy acelerado. Los precios se incrementan un 10-20% anual, y el precio del metro cuadrado en los barrios centrales supera los $10,000. La existencia o no de una "burbuja" inmobiliaria es un tema frecuente de conversación. Los locales parecen convencidos de que no existe tal burbuja, solo una gran demanda creada por el rápido crecimiento de población y la inversión extranjera. También piensan que es un buen momento para invertir en vivienda. Esa confianza resulta un tanto inquietante, después de lo que vivimos recientemente en España.

Esta coyuntura está transformando la ciudad, con barrios como Pyrmont, Redfern o Balmain pasando en pocos años de ser zonas marginales a interesantes barrios residenciales llenos de cafés, un proceso llamado "gentrificación". También da origen a sospechosas operaciones urbanísticas, como la urbanización de Barangaroo (que es un tema para otro blogpost), o el derribo del moderno y premiado centro de convenciones de Darling Harbour (en la foto) para hacer sitio a un nuevo centro de convenciones... y torres de hoteles. La semana pasada se anunció un nuevo plan para el Jardín Botánico, una auténtica golosina cuya supervivencia hasta ahora en la zona más jugosa de la ciudad parece un milagro. Ahora nos anuncian que su explotación comercial es necesaria, comenzando por un hotel de lujo en una de sus esquinas y un escenario permanente para conciertos.



Otro ejemplo más: la prensa de hoy anuncia que el gran canódromo situado en un parque cercano a mi casa será derribado para construir en su lugar hasta 700 apartamentos. Con las plusvalías se espera construir no uno sino dos estadios en la periferia de la ciudad. Seguro que no soy el único a quien esta jugada le recuerda a los pelotazos que vimos en España, algunos de los cuales se quedaron a medio ejecutar.

Por cierto, a quien le interese este tema, no puedo dejar de recomendar el libro "Oviedo detrás de la fachada", de mi amigo Miguel Moro.

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