lunes, 3 de octubre de 2022

Mill Creek

A poco más de una hora en coche al Noroeste de Sydney el gran río Hawkesbury da una curva para cambiar su trayectoria Norte por trayectoria Este que le llevará hasta el océano. Junto a esa curva del río se encuentra Wisemans Ferry, un lugar histórico para la colonia. En 1827, unos 40 años después de la fundación de Sydney, un ex-convicto llamado Solomon Wiseman estableció allí un servicio de ferry para cruzar el río. Con la construcción de la primera carretera entre Sydney y Newcastle en la siguiente década, ese paso adquirió gran importancia. A su alrededor se encuentran varios parques nacionales. El ferry sigue funcionando hoy y supone en enlace esencial ya que los puentes más cercanos se encuentran a horas de distancia. Unas barcazas guiadas por cables transportan vehículos continuamente de una orilla a la otra.

A apenas unos kilómetros aguas abajo de Wiseman Ferry se encuentra Mill Creek, ya dentro del parque nacional de Dharug. Allí hay una zona de acampada y un área recreativa recién renovadas. Este es el lugar de inicio y final de una ruta circular llamada simplemente "11 Km track", y que paradójicamente es algo más corta, unos 9 kilómetros. Siguiendo las recomendaciones decidí recorrer el circuito en sentido antihorario. Los primeros kilómetros son los más fáciles y bonitos. El camino transcurre junto al arroyo, lo cruza varias veces, se pega a paredes de roca y cuevas, y cuenta con la protección de un bosque húmedo. Al llegar al extremo más oriental del circuito, el camino asciende unos 100 metros de desnivel por la ladera, y se convierte en un sube-y-baja que acaba acumulando unos 350 metros de ascenso (y otros tantos de descenso, por supuesto). El bosque en esta parte del camino es más seco, por lo que la vegetación cambia bastante. Si primera mitad del circuito estaba exquisitamente mantenida, esta segunda parte casi desaparece entre la vegetación en algunos tramos, y require salvar varios obstáculos de roca, tanto de subida como de bajada. Al final el camino regresa al área recreativa tras cruzar un puente sobre el arroyo.

No tenía muy claro qué esperar de esta ruta porque hay mucha información disponible, pero resultó ser una sorpresa agradable.








martes, 20 de septiembre de 2022

Glenbrook Gorge

En mis viajes a las Blue Mountains en tren, siempre me ha llamado la atención la garganta que forma el río Glenbrook justo al comienzo de las montañas. En alguna ocasión ya hablé del reto que supuso salvar este primer obstáculo por ferrocarril. Desde las ventanas del tren, mirando hacia el fondo del valle, se puede ver una sinuosa garganta.

Comenzando desde Glenbrook, descendí hacia en remanso del río llamado Blue Pool. El descenso sigue una tenue ruta no mantenida y casi perdida en la maleza. Desde Blue Pool tomé un valle lateral para visitar una vez más Red Hands Cave donde se puede encontrar arte aborigen. Esta parte del camino está en muy buenas condiciones, y de hecho me encontré con docenas de corredores de montaña.

Una vez de regreso al valle del Glenbrook, continué el descenso junto al río. Los primeros cientos de metros hasta Jellybean Pool son relativamente fáciles y populares con los bañistas. Pero a partir de ahí se pierde cualquier traza del camino. La garganta son apenas tres kilómetros, pero el recorrido es lento porque hay que ir improvisando el camino. En algunos tramos hay cómodas plataformas de roca, y en otros hay pedreros o zonas de densos arbustos tronchados por las riadas. Hay que cruzar el río en múltiples ocasiones, lo que requiere mojarse o bien saltar de forma precaria entre rocas. Definitivamente una ruta para excursionistas experimentados, aunque para mi sorpresa, me encontré a algunos otros aventureros.

La garganta termina abruptamente en la confluencia con el río Nepean, donde las riadas han depositado unos bancos de arena que forman una playa fluvial. Para salir de allí hay un camino paralelo al Nepean. Este camino aparece en los mapas, pero ha quedado dañado por las riadas y requiere sortear varios obstáculos, como corrimientos de tierra, grandes árboles caídos y acumulaciones de restos de las riadas. Los últimos cientos de metros para llegar a la estación de Lapstone se realizan por una empinada pista forestal.








domingo, 11 de septiembre de 2022

Mermaid Pool y Tahmoor Gorge

A unos 80 kilómetros al sur de Sydney, en dirección a Canberra, el terreno se eleva formando una meseta llamada Southern Highlands y llena de granjas. Los ríos que atraviesan esta meseta han formado cañones serpenteantes. En esta ocasión fui a la localidad de Tahmoor para explorar la garganta del río Bargo en sus últimos kilómetros antes de fundirse con el río Nepean.

El camino comienza en un aparcamiento junto a un puente. Allí arranca una senda que, al parecer, está mantenida por una familia local. Los primeros dos kilómetros son fáciles, acompañando al río en su descenso por plataformas de roca. Los restos de las riadas de los últimos dos años se acumulan por todas partes.

Enseguida se llega a Mermaids Pool, una bonita poza con cascada, pero que resulta muy inaccesible porque en ese lugar el río comienza a formar una garganta. El camino rodea la piscina y asciende hasta un mirador. Allí el camino se bifurca y forma un circuito. Recorriéndolo en sentido horario, la senda se vuelve más abrupta y vuelve a descender hasta el río, ahora ya metido en un cañón y formando un amplio meandro. La ruta está abundantemente señalada con lazos de colores y pintura (excepto en un pequeño tramo). Buena parte del recorrido se realiza por plataformas de rocas junto a las cascadas del río, que hay que cruzar en cuatro ocasiones saltando por las piedras. Estos cruces, junto con algunos otros tramos, son un poco más técnicos de lo habitual y es recomendable contar con algo de experiencia y sentido de la orientación.

Tras varios kilómetros por el fondo del cañón, de pronto el camino asciende por la ladera derecha y deshace el trazado del meandro, pero esta vez por el borde superior del acantilado, hasta regresar a la bifurcación, y desde allí, de vuelta al punto de partida.









sábado, 20 de agosto de 2022

Bella Vista - Caney Vale (via M7)

La M7 es una autopista de circunvalación por el Oeste de Sydney. Como parte de la construcción de esta autopista, se construyó también un excelente carril bici: ancho, llano, bien señalizado y con el firme en perfectas condiciones. Este carril se encuentra separado de la calzada principal, por los que el ruido del tráfico no molesta demasiado. Las intersecciones se salvan con puentes o túneles, de forma que no hace falta interrumpir el pedaleo. En algunos lugares donde la autopista forma grandes scalextrics, el carril bici está enhebrado de forma sorprendente entre el bosque de viaductos. Ojalá las autopistas españolas dispusiesen de una infraestructura similar para los ciclistas.

Aprovechando un día nublado de invierno, comencé mi recorrido ciclista desde Bella Vista y seguí la M7 en sentido anti-horario, cortando su gran curva para atravesar las zonas verdes de Sydney Western Parklands. Tras pasar cerca de Prospect Reservoir, dejé la autopista para cruzar los barrios de Fairfield y terminar en la estación de Caney Vale, tras 42 kilómetros muy fáciles. Los paisajes varían entre amplias zonas verdes (donde me encontré con algunos canguros), zonas industriales, alguna granja y barrios residenciales.

miércoles, 17 de agosto de 2022

El Primer Ministro y todos sus ministerios secretos

Estaba preparando un artículo sobre un interesante caso de corruptelas políticas que nos mantiene entretenidos aquí en Nueva Gales del Sur desde hace semanas, pero la rabiosa actualidad me obliga a aparcar ese tema y en su lugar hablar de las sensacionales noticias de los últimos dos días en relación con Scott Morrison, quien hasta hace unos meses era el Primer Ministro de Australia.

Hace apenas unos días califiqué a Scott Morrison y su gobierno de "desastroso". Su gestión de los apocalípticos incendios de hace 3 años, o las ineficacias durante la pandemia (Australia fue la última en recibir vacunas o test rápidos), o su inacción contra el cambio climático merecen ese calificativo como mínimo. Lo que acabamos de descubrir es hasta qué punto era también autocrático y megalómano.

Una de las frases favoritas de Morrison para eludir responsabilidades era "ese no es mi trabajo". La repitió tantas veces y con tan poca sensibilidad que la oposición la usó contra él. Por ejemplo, tras ser pillado de vacaciones en Hawaii durante los días más terribles de los incendios que destruyeron 14 millones de hectáreas, 3000 edificios y costaron 34 vidas, sus primeras palabras al regresar a Australia han quedado para la historia: "I don't hold a hose, mate" (yo no sujeto la manguera, colega). Es decir, sus vacaciones estaban justificadas porque su trabajo no es apagar incendios.

Apenas unas semanas después de perder las elecciones y dejar de ser Primer Ministro, el señor Morrison participó en un sermón en la iglesia de Margaret Court, otra figura polémica que tras arrasar en el tenis femenino con más títulos que Rafa Nadal, se metió a predicadora contra los homosexuales. En ese sermón, el recién salido Primer Ministro predicó que no se puede confiar en el gobierno y mucho menos en las Naciones Unidas.

Lo que hasta ahora no sabíamos es que durante su gobierno, Morrison había acaparado en secreto buena parte de las carteras ministeriales. Aquí hay que hacer un inciso y explicar que en los sistemas de gobierno tipo Westminster como el británico y por herencia el australiano, el poder ejecutivo está repartido entre los ministros. Determinados ministros disponen de cierta autoridad o poderes. Por ejemplo, como Novak Djokovic descubrió el pasado enero, el Ministro de Inmigración  puede decidir de manera esencialmente arbitraria rescindir un visado y deportar a cualquier visitante, sin que la justicia pueda impedírselo. Por tanto, la separación de estos poderes ejecutivos para evitar abusos se considera muy importante.

La noticia saltó hace dos con la publicación de un libro que desvelaba que en los últimos dos años el Primer Ministro Scott Morrison se había nombrado a si mismo, en completo secreto, ministro de Salud, ministro de Finanzas, y ministro de Industria, Ciencia, Energía y Recursos. Al día siguiente se descubrió que la lista incluía otros dos ministerios más: Interior y Economía. Es decir, prácticamente todos los ministerios importantes. El Gobernador General (representante de la reina en Australia), cuyas funciones incluyen tomar juramento a los ministros, confirmó la veracidad de la noticia.

A diferencia de España, aquí no hay un BOE donde se publiquen los actos de gobierno. El señor Morrison solo necesitó el visto bueno de un comité de ministros, pero como la ley no indica cuántos ministros deben formar parte del comité, Morrison decidió estos nombramientos tras consultar con un comité formado por... solo él mismo. Y no fue solo una vez: los nombramientos sucedieron en varias etapas a lo largo de un año.

¿Y qué pasó con los ministros "salientes"? Pues que salvo una excepción, tampoco fueron informados. Es decir, siguieron ejerciendo sus funciones ministeriales, participando en las reuniones del gabinete, explicando su acciones en el parlamento y la ciudadanía, ignorantes de que compartían su ministerio con Morrison. Al descubrir el engaño y la traición, algunos han pedido la cabeza de Morrison, que actualmente sigue siendo diputado (además de predicador dominical, ya sabemos que le gusta pluriemplearse).

Esta mañana el señor Morrison ha dado una rueda de prensa. Como corresponde a una situación tan surrealista, las explicaciones han sido también surrealistas. Según Morrison, se nombró a sí mismo ministro de casi todo porque eran tiempos de crisis extraordinarias (COVID, etc.) y convenía tener un reemplazo para sus ministros por si sucedía algo. Los ministros no fueron informados porque Morrison no quería distraerles de sus funciones y minar su confianza. Y en cuanto al parlamento y el pueblo australiano, no se les informó porque hubiera cundido el pánico. En resumen: fue un sacrificio por la patria.

¿Usó el mega ministro sus poderes ministeriales? Sabemos que sí, al menos en un caso reconocido por él mismo. Al parecer intervino en una licencia de una nueva explotación de gas.

Varios comentaristas han señalado que esta situación constituye uno de los mayores ataques al sistema democrático australiano. El Primer Ministro esencialmente se convirtió en Presidente y acaparó en secreto todo el poder ejecutivo sin rendir explicaciones a nadie. Espero que el sistema sepa reaccionar y poner mecanismos para evitar derivas autocráticas. Para empezar, quizás inventar un BOE para publicar los nombramientos de forma oficial.

domingo, 7 de agosto de 2022

Faulconbridge - Springbrook (ruta Norte)

En el pasado he recorrido las sendas al Sur de Springwood, pero hasta ahora no había explorado los valles al Norte y las rutas que los conectan. Partiendo de la estación de Faulconbridge hacia el Norte por una calle que luego se convierte en pista forestal, al cabo de 2 kilómetros hay una desviación hacia el Este. El camino se convierte en una senda, que enseguida comienza a descender de forma bastante rápida por entre las rocas. Al llegar al fondo del valle me encontré con una pareja de vecinos que se mostraron muy sorprendidos de que un excursionista estuviera por allí. Esta pareja ha despejado y señalizado algunos segmentos del camino. Sin embargo, me desvié del camino marcado para explorar una cascada (Meek Falls), para lo cual tuve que abrirme paso a través de la vegetación. Después regresé al camino para ascender por la ladera opuesta del valle hasta una cantera y una calle de Springwood. Tras zigzaguear un poco por las calles del pueblo, llegué al parque Tom Hunter, donde tomé una senda para descender al siguiente valle. Allí conecté con otra senda llamada Gooch's Track durante unos 500 metros. Aunque sobre el mapa esta senda no parecía nada especial, en realidad resultó ser la parte más bonita del paseo, con rocas cubiertas de musgo y estrechos pasos con algo de "balcón" sobre el arroyo. Finalmente alcancé la confluencia con Springwood Creek, y decidí seguir aguas abajo para explorar una pequeña cascada. Desde allí inicié el camino de regreso. Cuando ya estaba a punto de salir del valle, apenas a unos cientos de metros de mi destino en la estación de Springwood, me encontré unas espectaculares rocas de arenisca laminada, con unas formas muy caprichosas.








jueves, 4 de agosto de 2022

Voz, Tratado y Verdad

Hace un par de meses los australianos fuimos a las urnas para votar en las elecciones generales. Aunque la complejidad del sistema electoral hace que el escrutinio definitivo se prolongue durante semanas, enseguida quedó muy claro que los australianos habían otorgado una amplia mayoría al partido laborista, tras 9 años de gobiernos de la coalición conservadora y primeros ministros tan desastrosos como Tony Abbott y Scott Morrison.

El nuevo primer ministro es Anthony Albanese. Me llamó la atención la rapidez de la transición. En España estamos acostumbrados a que pasen meses desde las elecciones hasta la constitución del nuevo parlamento, la ronda de consultas con el rey, y la toma posesión del nuevo gobierno. En Australia, pese a que el escrutinio todavía estaba a medias y todavía no estaba nada claro que el partido laborista fuese a conseguir una mayoría absoluta, el gobernador general (representante local de la reina) propuso a Albanese como nuevo primer ministro, y apenas 48 horas después de las elecciones, Albanese participaba en una reunión del G7 y se reunía con Joe Biden y compañía. El nuevo parlamento no se constituyó hasta dos meses después. Este sistema australiano me impresiona por su velocidad y eficiencia, pero me inquieta por su aparente arbitrariedad. No me imagino lo que pasaría si en la actual España democrática el jefe del estado invistiese a un nuevo presidente del gobierno sin consultar con el parlamento y sin esperar a que terminase el escrutinio electoral.

Para sorpresa de propios y extraños, ya que durante la campaña electoral había pasado de puntillas sobre este asunto, las primeras palabras de Albanese durante su discurso de la victoria en la noche electoral fueron para prometer que su gobierno implementaría de forma plena las recomendaciones del documento titulado "Uluru statement from the heart".

Uluru es el nombre del famoso monolito rojizo que ocupa el centro geográfico de Australia, a miles de kilómetros de cualquier ciudad. Durante un tiempo se conoció como Ayers Rock, pero actualmente se ha recuperado el nombre aborigen. Aunque buena parte del mundo reconoce esta roca conoce como un destino turístico, Uluru es un lugar sagrado para los aborígenes que llevan viviendo en Australia desde hace más de 60,000 años, una eternidad al lado de los poco más de 200 años de presencia europea.

"Uluru statement from the heart" es un documento elaborado hace cinco años (2017) por una convención de líderes aborígenes, y que propone una serie de cambios políticos y sociales para promover la justicia y la reconciliación entre las Primeras Naciones y los recién llegados. Desde el desembarco de los colonos/convictos en 1788, la relación entre estos dos pueblos está llena de tinieblas e injusticias. El tema da para mucho más de lo que se puede describir en un blog.

Poco a poco, la justicia ha ido llegando con algunos hitos como el referéndum de 1967 que modificó la constitución de 1901 para permitir que los aborígenes fuesen contados como personas. No obstante, el marco legal todavía contiene a día de hoy reliquias como el artículo 25 de la constitución, titulado "razas descalificadas para votar", aunque en la práctica no se aplica y desde 1983 los aborígenes tienen no solo el derecho sino también la obligación de votar, como todos los demás australianos.

En "Uluru statement from the heart" se recogen tres peticiones: Voice, Treaty and Truth.

"Truth" hace referencia a la necesidad de exponer toda la verdad sobre lo sucedido desde 1788. En términos españoles, equivale a la "memoria histórica". Por ejemplo, acabar con el mito de "Terra Nullius", con el que los colonos justificaron la invasión porque Australia era una tierra vacía. O contar la historia de las matanzas y las atroces políticas de aniquilación cultural y racial llevadas a cabo por los sucesivos gobiernos.

"Treaty" se refiere al proceso de reconciliación social y búsqueda de acuerdos. Por ejemplo, actualmente la fiesta nacional (26 de Enero) conmemora la llegada de la primera flota, y resulta muy divisiva. Los opositores la llaman "día de la invasión", y cada año parece cobrar más fuerza la petición para cambiar la fecha. El modelo a seguir podría ser el neozelandés. En 1840 la corona inglesa y los Maoríes firmaron el tratado de Waitangi, y el día nacional de Nueva Zelanda celebra ese tratado, que algunos consideran el documento fundacional del país. No está exento de polémica, pero al menos celebra un acto de paz y reconocimiento mutuo.

Finalmente, "Voice" consiste en una reforma constitucional para crear un órgano parlamentario específicamente para representar a los aborígenes. Los detalles no están definidos, y hay quien habla de una tercera cámara del parlamento o algo similar. En cualquier caso, al tratarse de una reforma constitucional, debe someterse a referéndum. Esta semana el primer ministro Albanese ha propuesto el texto de la pregunta que se formulará en ese referéndum que aún no tiene fecha. La pregunta es muy sencilla y omite cualquier detalle sobre qué estructura y poderes tendrá esa "Voice". Albanese ha decidido que los australianos tendremos que votar sin conocer esos detalles. Se trata de una estrategia calculada para que el debate sea en torno a un simple "sí" o "no", con la intención de concentrar el voto del "sí". En Australia todos recuerdan el referéndum de 1999 que fracasó en el intento de declarar una república. En aquella ocasión, la pregunta contenía detalles de cómo se elegiría al presidente, lo que provocó la división en el bando republicano porque cada uno tenía una opinión distinta sobre cómo elegir al presidente.

domingo, 31 de julio de 2022

Los colores de la camiseta de Manly

Manly es uno de los suburbios más conocidos de Sydney. Se encuentra a 10 Kilómetros al Este del centro, en un istmo entre el océano y el puerto. Es una visita imprescindible para los turistas por su gran playa, su paseo costero a la sombra de grandes pinos, su bulevar comercial y el encantador viaje en ferry desde el centro. También es conocido mundialmente por ser una de las catedrales del surf.

El nombre de esta localidad (Manly = viril, masculino, varonil) fue asignado por Arthur Philip, capitán de la primera flota de convictos y primer gobernador de la colonia, a quien le pareció que los indígenas que se encontró allí destacaban por su hombría. Cabe preguntarse en qué contexto demostraron tal hombría. Quizás se resistieron más de lo habitual a ser desplazados o algo peor.

El equipo local de rugby se llama Sea Eagles. Esta semana el club decidió hacer una camiseta especial para el importante partido del jueves contra los rivales del otro lado de la bahía, los Sydney Roosters. La novedad consistió en añadir unas discretas bandas arcoíris como símbolo de apoyo a la comunidad LGBT y en general, símbolo de la tolerancia y diversidad. Esta es la camiseta (foto: Sea Eagles):

El club anunció públicamente la camiseta unos días antes del partido, pero al parecer no informó antes a los jugadores. Tras enterarse por la prensa, siete jugadores del equipo se plantaron y manifestaron su intención de no jugar el partido vestidos de semejante manera, aduciendo motivos culturales y religiosos. No explicaron cuáles son esos motivos. Quizás piensan que la súbita abundancia de colores en su camiseta detrae de su "hombría".

El club trató de restar hierro al asunto, mostrando equidistancia y explicando que si alguno no quiere jugar con esa camiseta, pues que no juegue y no pasa nada. El partido se celebró el jueves según estaba previsto, y los Sea Eagles, con un equipo plagado de suplentes, perdieron.

Irónicamente, en el centro de la camiseta se puede leer, en letras mucho más grandes que la bandera arcoíris, el nombre del patrocinador principal del club: una casa de apuestas. Se ve que los motivos culturales y religiosos que impiden vestir durante un día una tira de colores que proclama valores como la tolerancia y la diversidad no son óbice para promocionar las apuestas y la ludopatía durante todo el resto de la temporada. Todo un ejemplo para los seguidores del club, incluyendo a los niños que quieren imitar a sus ídolos. 

miércoles, 27 de julio de 2022

Sassafras Gully - Madgala Creek

Aunque la zona de Springwood, en la parte baja de las Blue Mountains, es una que he recorrido en varias ocasiones, todavía me quedaba alguna senda por explorar. En esta ocasión realicé un recorrido circular de 12 kilómetros. Desde la estación de Springwood descendí hacia el sur por un arroyo llamado Sassafras Gully (por cierto, la palabra inglesa sassafras es un españolicismo). El camino se adentra enseguida en el bosque húmedo, y acompaña al arroyo hasta su confluencia con Sassafras Creek. Allí se conecta con Victory Track, que desciende desde Faulconbridge. El resto del circuito ya lo tengo explorado en varias ocasiones, pero en esta ocasión las cascadas lucían más bonitas debido a las recientes lluvias. Aunque había algunos pasos resbaladizos, encontré la senda en mejores condiciones que en mi última visita, cuando estaba plagada de obstáculos y árboles caídos.







 

sábado, 2 de julio de 2022

Penrith Weir - Emu Heights (curso de navegación en aguas rápidas)

Hace un par de años me hice con un "packraft", que es un pequeño bote hinchable de menos de 4 kilogramos. No es un juguete de piscina, sino un invento reciente que utiliza modernos materiales resistentes pero ligeros. Está pensado para desplazarse por ríos, lagos y bahías, combinando aventuras por el monte y por el agua, algo que no es posible con un kayak o canoa.

Tras haberlo utilizado un par de docenas de veces, siempre por aguas relativamente tranquilas y de forma autodidacta, tenía ganas de mejorar mi nivel técnico y mi seguridad así que esta semana me apunté a un cursillo. Estamos en pleno invierno y la temperatura no invita a meterse en el agua, pero afortunadamente el instructor decidió seguir adelante con el curso pese a que solo nos apuntamos dos personas.

El curso duró dos días completos. Las mañanas las dedicamos a la teoría, incluyendo preparación y mantenimiento del equipo, organización de expediciones, aprendizaje de señales visuales y sonoras para comunicarse en grupo, protocolos de seguridad y muchas cosas más. Por las tardes nos metimos en el río con los botes para practicar técnicas de remo, cómo "leer" las corrientes y detectar peligros, cómo diseñar trazadas y planes de seguridad, etc. También nos mojamos para practicar cómo salir del bote cuando vuelca, cómo volver a subirse al bote desde el agua, posiciones de seguridad para nadar cuando te arrastran las aguas, y rescates de "hombre en el agua" usando cuerdas.

El punto final consistió en un descenso entre Penrith y Emu Heights (5 km) con varios rápidos de categoría I y II (la escala llega hasta VI). Aunque ese día llovía levemente, las semana anterior había sido seca (tras un verano y una primavera de inundaciones continuas) por lo que el caudal estaba bastante bajo. Tardamos 3 horas porque avanzamos lentamente para practicar movimientos y tácticas. Debido a los días tan cortos y el cielo plomizo, terminamos casi en la oscuridad. Afortunadamente iba bien equipado para las bajas temperaturas, y ni las inmersiones ni la lluvia me molestaron demasiado.

domingo, 12 de junio de 2022

Lane Cove (Epping Road - Fig Tree bridge)

Esta es una ruta circular alrededor del tramo final de Lane Cove, aprovechando las sendas que recorren ambas orillas. El lado Oeste ya lo tengo muy explorado, y también he descendido el río en mi bote, pero todavía me quedaba por descubrir el lado Este. Comenzando desde Epping Road, los primeros kilómetros hay que hacerlos a través de un polígono industrial porque la senda está cerrada por varios motivos. Finalmente se alcanza la senda fluvial en un tramo conocido como Ventemans Reach, que lleva hasta el muy bien equipado Blackman Park. La senda continua hacia el sur y está muy bien mantenida, pero en cierto punto hay que abandonarla debido a que atraviesa una zona donde se ha encontrado asbestos. Continuando por la carretera hacia el sur se llega al puente de Fig Tree que cruza hacia Hunter Hill. Aquí se enlaza con el Great North Walk, que permite recorrer la orilla Oeste para volver hasta Epping Road. Prácticamente la totalidad de la ruta se realiza por sendas en el bosque, aunque nos encontramos apenas a 5 kilómetros del centro de la ciudad.




lunes, 6 de junio de 2022

Lockleys Pylon

Alrededor del gran Grose Valley hay un buen número de miradores. Los del lado Sur son más difíciles de visitar porque requieren un largo paseo desde Leura. En esta ocasión decidí ir con la bicicleta. Tras callejear un poco por Leura, el asfalto se termina pronto. Hacia el Norte sale la carretera del Mount Hay, que normalmente está en buenas condiciones para que un coche normal pueda recorrerla pero que actualmente está cerrada al tráfico tras las fuertes lluvias de este año, aunque en realidad apenas tiene unos pequeños baches. Tras 11 kilómetros de pequeñas subidas y bajadas hay un claro donde dejé la bicicleta para continuar a pie por una senda. El camino crestea junto a unas rocas llamadas los pináculos pero que en realidad son bastante menos afiladas de lo que sugiere el nombre.

Tras uno poco más de tres kilómetros el camino llega finalmente al borde del acantilado, coronando una atalaya llamada Lockleys Pylon. El perfil del terreno, que hasta entonces había sido suave, de pronto se desploma 600 metros hacia el valle. Hay unas vistas panorámicas. Hacia el Este, tras el perfil redondo del Mount Hay, se puede ver el skyline de Sydney a casi 100 kilómetros de distancia. Hacia el Norte, detrás del valle, los grandes muros de arenisca del Mount Banks. Hacia al Oeste, una nueva perspectiva del Grose Valley, con los miradores y cascadas de la zona de Blackheath. Y hacia abajo, el fondo el valle y la zona de Acacia Flats, donde acampé hace unos años.






sábado, 21 de mayo de 2022

Votando en Australia

Hoy se celebran elecciones generales en Australia para renovar las cámaras del parlamento, que a continuación elegirán al nuevo Primer Ministro. En este blog ya he hablado de varias elecciones anteriores, indicando algunas de las diferencias con el sistema español, por ejemplo con ocasión de las elecciones generales de hace 3 años. Para mi, esta ha sido la primera vez que acudo a las urnas en Australia, ya que las elecciones de hace 3 años coincidieron con mi obtención de la ciudadanía, y las municipales del año pasado me pillaron fuera del país y tuve que votar por correo.

Hay un buen número de diferencias con respecto a las votaciones en España. Para empezar, Australia es uno de los pocos países del mundo donde el voto es obligatorio. Sobre esto hay opiniones para todos los gustos, desde los que dicen que participación de todos los ciudadanos legitima el resultado hasta los que dicen que fomenta el desapego. Entre otras consecuencias, la obligación de votar evita que los partidos especulen con la participación, o que el buen/mal tiempo influya en los resultados, y también elimina la posibilidad de suprimir el voto de ciertos grupos como sucede en América.

En segundo lugar, no hay mesas asignadas. Los ciudadanos pueden votar en cualquier colegio electoral, lo que es muy curioso porque las elecciones son por circunscripciones (151) que eligen a un único parlamentario, así que el valor de un voto puede variar mucho según donde se emita.

Otra diferencia muy sorprendente: al llegar al colegio electoral solo hay que dar el nombre. Los funcionarios buscan el nombre en un enorme libro con el censo completo, como si fuera una guía telefónica. No hace falta presentar ningún carnet para probar la identidad. Cuando el funcionario localiza el nombre, lo tacha del enorme listín y hace una pregunta: "¿ha votado ya usted en estas elecciones?". Si la respuesta es negativa, el funcionario entrega dos papeletas (una para cada cámara). Efectivamente: la votación es básicamente un sistema de honor. El estado confía en que la inmensa mayoría de la población no va a mentir sobre su identidad y no va a pasarse todo el día yendo de mesa en mesa para votar múltiples veces. Algunos partidos han propuesto que habría que pedir algún documento para verificar la identidad, pero la tradición parece muy arraigada, y según los estudios, el nivel de fraude es muy bajo.

Los australianos eligen a personas, no a partidos. En la papeleta verde de la cámara baja hay una lista de candidatos (8 en mi circunscripción). Para que el voto sea válido, hay que poner un número del 1 al 8 junto al nombre de cada candidato, por orden de preferencia. Si te olvidas de votar a alguno de los candidatos, o los números no son correlativos, el voto es nulo. Esto significa que todos los australianos están obligados a expresar su grado relativo de preferencia respecto a todas las opciones políticas. Para facilitar esta tarea, los candidatos emiten unas guías de "how to vote", en las que sugieren como rellenar la papeleta. Estas guías forman parte de la publicidad electoral, y también se distribuyen mediante voluntarios en la puerta del colegio. Obviamente cada candidato se pone como número 1 en su guía, y luego se retrata exponiendo sus preferencias con respecto al resto de candidatos en función a sus afinidades políticas o pactos de recomendación mutua. Esto provoca ciertos escándalos, por ejemplo cuando un candidato que se proclama moderado y de centro pone a candidatos ultras, populistas y racistas por delante de sus principales rivales.

La papeleta del senado es aún más complicada y parece una sábana. Se presentan más de un centenar de candidatos (para 6 puestos). Afortunadamente no hay que puntuarlos a todos. Hay dos formas de rellenar esta papeleta. En la parte superior ("above the line") están los nombres de los partidos. Basta con poner números del 1 al 6, aunque si se quiere se puede continuar hasta puntuarlos a todos. El voto no va para el partido, sino para los 6 candidatos nominados por el partido. Pero si se quiere votar individualmente a las personas, se puede hacer en la parte inferior de la papeleta.

En el caso de la cámara baja, si alguno de los elegidos no puede completar la legislatura, por ejemplo por dimitir tras algún escándalo o para presentarse a otro puesto, se convocan nuevas elecciones en la circunscripción correspondiente para elegir a un sustituto. En el sistema australiano el "transfugismo" no existe con la misma connotación que en España, ya que en la votación queda muy claro que el electorado ha elegido a la persona y no al partido, y el concepto de "lealtad" al partido (o al líder del partido) es mucho menor que en España.

Quizás debido al sistema de pequeñas circunscripciones (alrededor de 100,000 habitantes), los políticos australianos son más cercanos y accesibles. Los ciudadanos conocen el nombre de su parlamentario, que no solo vive allí sino que además tiene un local en la calle principal del pueblo o ciudad, como si fuera el frutero o el kiosquero. Los ciudadanos pueden ir allí para discutir sus problemas. Los datos de contacto de los parlamentarios, como su teléfono móvil, están disponibles en su página web (por ejemplo, esta ha sido mi diputada durante los últimos 3 años), que también incluye su currículum, titulaciones, discursos en el parlamento, votaciones, etc. He tratado de encontrar algo similar en España y lo más parecido es la impersonal página web de los grupos electorales con una dirección de contacto genérica.

Volviendo a la jornada electoral, las personas que facilitan la votación en el colegio electoral no son ciudadanos elegidos por sorteo como en España, sino funcionarios de la comisión electoral. Los ciudadanos (y los partidos) pueden apuntarse como observadores, pero no participan en la ceremonia ni en el recuento. La urna parece más un buzón de sugerencias junto a la puerta de salida que una urna de metacritalo ferozmente guardada por el presidente y el resto de la mesa. Teniendo el cuenta que el recuento puede durar semanas, y que algunas urnas abren dos semanas antes de la jornada electoral para permitir el voto presencial adelantado, parece inevitable que los involucrados sean necesariamente funcionarios.

Una tradición muy australiana es la llamada "Democracy Sausage": grupos de vecinos instalan una barbacoa y venden salchichas a la salida del colegio electoral para recaudar fondos para causas benéficas. En mi colegio electoral también pude ver mesas llenas de dulces caseros (cuidadosamente anotados con una lista detallada de ingredientes), también a la venta para recaudar fondos. Todo ello contribuye a dar una nota festiva a la jornada electoral.

Actualización (3/Jul/2022): tras las elecciones, una nueva diputada ha sido elegida en mi circunscripción. Es una mujer de ascendencia China, cuyos padres llegaron a Australia huyendo de Laos durante la guerra de Vietnam. A las pocas semanas de salir elegida, me ha llegado por correo una tarjeta de presentación que incluye no solo los datos de contacto de la nueva parlamentaria, sino también un formulario para hacerle llegar una lista de asuntos que preocupan a cada ciudadano:

domingo, 8 de mayo de 2022

Colo Meroo

A medio camino entre Bob Turner's Track y Central Colo se encuentra Colo Meroo, una zona de acampada junto al río Colo. No hay acceso rodado, pero hay varias formas de llegar. Una es mediante una larga y difícil caminata desde Montain Lagoon. Otra (la que usé en esta ocasión) es mucho más fácil, un sencillo paseo de 3 Km con un perfil plano, desde el final de la carretera de Upper Colo. La única dificultad es que el camino cruza varias granjas privadas, y aunque legalmente hay derecho de paso, hay que atravesar múltiples vallas y esquivar al ganado y a los perros que lo vigilan. Por el camino me encontré a algunos de los granjeros, que se mostraron amistosos y hasta estaban reparando la sección del camino que atraviesa su propiedad particular para que los excursionistas como yo no tuvieran que atravesar zonas embarradas.

La zona de acampada es un claro en el bosque con un cobertizo que tiene mesas y hasta una chimenea. Un cartel indica que el acceso al río se encuentra a 500 metros, pero parece un error de impresión porque la distancia es mucho menor. Eso sí, las orillas del río se encontraban completamente devastadas por las 3 grandes inundaciones de los últimos 12 meses, que causaron que el río Colo superara los 15 metros de crecida sobre su nivel habitual. Resulta impresionante observar los efectos de las riadas en los árboles. Las crecidas también han cambiado la forma de las orillas, eliminando las playas fluviales que existían anteriormente y reemplazándolas por acantilados de arena.

Gracias a una noche de cielos oscuros y una atmósfera clara pude disfrutar de un hermoso firmamento estrellado, varias estrellas fugaces y un brillante paso de la Estación Espacial Internacional.


lunes, 25 de abril de 2022

Gentleman's Halt

El gran río Hawksbury se retuerce formando múltiples meandros según se acerca a su desembocadura. En la península formada por uno de esos meandros se encuentra una pequeña zona de acampada llamada Gentleman's Halt. Al parecer el gobernador Philip, capitán de la Primera Flota de convictos, acampó allí mientras exploraba los alrededores de su recién fundada colonia penal. Es fácil llegar navegando por el río, pero en mi caso fui caminando desde una zona de granjas con el bonito nombre de Canoelands, a unos 50 kilómetros de Sydney.

Los primeros 8 kilómetros de caminata se realizan por una pista forestal que atraviesa el parque nacional de Marramarra para dar servicio a unas torres de alta tensión. La pista es un continuo sube-y-baja, con algunos tramos de una pendiente que hace difícil imaginarse un vehículo pasando por allí. La pista avanza por la cresta de la montaña, lo que permite disfrutar de algunas vistas del río en ambas direcciones.

Cerca del final de la pista, una senda mucho más estrecha se separa hacia el Norte. Tras avanzar por unas plataformas rocosas, la senda se convierte en un descenso vertiginoso por una grieta del acantilado. El terreno está suelto y la fuerte pendiente obliga a usar todas las extremidades para descender con precaución unos 150 metros de desnivel en muy poco espacio. Una buena cantidad de señales de piedra y cintas de colores atadas a los árboles da confianza de que no nos hemos perdido. El descenso concluye casi junto al río. El último kilómetro traza un arco alrededor de la colina, junto a una zona de marismas. La senda es muy tenue, con varios tramos cerrados por la vegetación, embarrados o con árboles caídos. Finalmente el camino llega a la zona de acampada, donde hay unos servicios, unas mesas, unas zonas preparadas para hacer hogueras, y un moderno embarcadero de piedra.







lunes, 18 de abril de 2022

Leppington - Penrith

Esta es una ruta ciclista por la parte suroccidental de la cuenca de Sydney. Partiendo de la estación de Leppington en dirección Oeste el paisaje urbano se transforma en rural. Al llegar a Bringelly hay que girar hacia el Norte para tomar una amplia carretera recientemente renovada y junto a la cual han construido un estupendo carril bici... si no fuera porque en un par de ocasiones cambia inexplicablemente de lado y hay que cruzar por unos semáforos que ponen a prueba la paciencia del más templado. Es un entorno extraño: casi sin árboles debido a las granjas, y con unas carreteras y avenidas sobredimensionadas porque en las próximas décadas esta zona se va a transformar en un nuevo centro urbano a 50 kilómetros de la costa. De hecho ya se pueden ver grandes movimientos de tierra en Badgerys Creek, donde ya ha comenzado la construcción del segundo aeropuerto de Sydney y una nueva línea de metro. Continuando hacia el Norte llegué a Penrith tras rodar durante unos 42 kilómetros.

viernes, 15 de abril de 2022

Fernleigh Track - Lake Macquarie

A unos 130 kilómetros al Norte de Sydney se encuentra Newcastle. Recientemente cogí la bici y viajé 2 horas y media en tren para llegar a uno de los suburbios de Newcastle, donde comienza una ruta ciclista llamada Fernleigh Track. Son 15 kilómetros de un antiguo ferrocarril reconvertido, por lo que las pendientes son muy suaves. La ruta avanza hacia el sur entre sorprendentes bosques y humedales, mientras se va acercando asintóticamente al océano. Para acceder a la Nine Miles Beach hay que tomar un desvío nada cómodo porque son unas arenosas pistas para 4x4. En cambio, Fernleigh Track se encuentra en unas condiciones óptimas, con abundante señalización, un firme en excelente estado pese a las recientes lluvias, y un túnel iluminado.

La pista ciclista termina en la localidad de Belmont. En lugar de dar media vuelta, decidí continuar hacia el Noroeste por la orilla del Lago Macquaire. Esta sección alterna parques con estupendas pistas ciclistas y también algunos tramos de carretera y calles suburbanas por barrios muy acomodados. Tras seguir el perfil del lago llegué a la estación de Teralba, tras pedalear 40 kilómetros. La combinación de estas dos rutas forma un recorrido muy recomendable y que justifica el largo desplazamiento en tren.

viernes, 25 de marzo de 2022

Honeysuckle Creek

A unas 4 horas en coche desde Sydney, y unos 40 minutos al sur de la capital Canberra, en el interior del parque nacional Namadgi, se encuentra el valle de Honeysuckle Creek. En su cabecera hay un promontorio a unos 1000 metros de altitud. Allí termina una carretera y hay una zona de acampada que ocupa el lugar donde se situó una enorme antena de comunicaciones espaciales.

Antes de que tuviéramos la órbita terrestre superpoblada con satélites de comunicaciones, la única forma de mantener contacto casi continuo con las misiones espaciales era "esparcir" estaciones de comunicaciones a lo largo del planeta. Los americanos instalaron varias, incluyendo unas en Robledo de Chavela (Madrid). En el punto álgido de la carrera espacial, durante las misiones Apolo a la luna, había dos de estas estaciones de comunicaciones en Australia. Una se encuentra en el Observatorio Parkes, y la otra se encontraba en Honeysuckle Creek, aunque fue desmantelada hace unas décadas.

No se conserva ninguna estructura (solo los cimientos), pero la zona de acampada que reemplaza a aquella antena está llena de recuerdos, placas y paneles interpretativos. De entre todas las antenas que la NASA tenía en el mundo, fue la de Honeysuckle Creek la única que recibió las imágenes de televisión del histórico pequeño paso de Neil Armstrong. El mundo pudo ver en directo aquel acontecimiento gracias a las instalaciones y el personal de Honeysuckle Creek.