lunes, 24 de septiembre de 2012
Calles de Sydney
Hoy voy a hablar de algunas cosas que llaman un poco la atención cuando paseas por las calles del centro de Sydney. Empecemos por lo obvio: los coches circulan por el lado izquierdo, y muy juiciosamente, los camiones y los autobuses hacen lo mismo. Es inevitable llevarse algunos sustos al cruzar, porque los vehículos vienen por el lado opuesto. Todavía hoy, cada vez que un semáforo se pone en verde para cruzar la calle, sigo mirando hacia la izquierda antes de dar el primer paso. Por cierto, que los semáforos tienen un pulsador, cuya utilidad práctica desconozco. Aparentemente sirve para que el peatón indique su voluntad de cruzar, pero tengo dudas de si realmente tiene algún efecto. Otra cosa que llama la atención de los semáforos es lo largos que son los ciclos. En algunos semáforos parece que tuvieras que esperar una eternidad hasta que llega el turno de cruzar.
La gente que anda por la calle en el barrio central de Sydney (la City, o CBD) responde a un patrón muy concreto. Por la mañana hay una mayoría de blancos que acuden en solitario y elegantemente vestidos a sus oficinas de bancos, aseguradoras y consultoras. Todo el mundo se encuentra sospechosamente en el mismo rango de edades (30-50 años). No hay ancianos, ni niños, ni familias. Por la tarde, en la zona donde estaba viviendo hasta ahora anexa al barrio chino, las calles se llenan de asiáticos, especialmente de parejas jóvenes. En la calle sólo se oye hablar chino y otras lenguas asiáticas. Llama la atención la baja proporción de personas de raza negra. Hay que recordar que Australia tuvo leyes de inmigración muy "selectivas" en cuanto a la composición racial, y aún hoy se dice que es uno de los países más exigentes en cuanto a los requisitos para obtener un visado.
Aunque se ven algunas bicicletas, no son tantas como yo hubiera imaginado. Nada comparable a Amsterdam, por ejemplo. No hay muchos carriles-bici, y el tráfico no invita a circular entre los coches. Por cierto, que no resulta extraño ver algunos coches muy caros. El otro día ví a una persona hablar por el manos libres mientras comía un plátano al volante de su Ferrari. Me pregunto cuánto pagará de seguro.
Hay un buen número de taxis, lo cual es comprensible dado el coste y la dificultad de aparcar en esta zona centro. La zona azul cuesta 3,30$/hora, y el coste de un aparcamiento cubierto es astronómico. Sin embargo, el combustible es un poco más barato que en España. Otros medios de transporte público incluyen el monorraíl, que no he probado por ser absurdamente caro y no llevar a ninguna parte. Las calles del centro están invadidas por innumerables autobuses. Un viaje de corta distancia cuesta 1,70$ si te sacas el abono de 10 viajes. No hay metro, pero sí hay trenes de cercanías con paradas subterráneas, y algún tranvía y tren ligero.
Las calles están bastante limpias, sin llegar a la limpieza extrema del centro de Oviedo. Apenas hay calles peatonales, aunque han llegado a proponer algún ambicioso plan en este sentido. Tampoco abundan los puntos de iluminación, así que las calles son más oscuras que el deslumbrante Oviedo. No obstante, parecen bastante seguras.
Insisto en que todos estos comentarios se refieren al distrito central de Sydney. Esta ciudad es gigantesca, y otros barrios son muy diferentes en todos los sentidos.
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