Comenzando desde la estación de North Wollongong, a solo 10 metros sobre el nivel del mar, los primeros dos kilómetros hacia el Oeste discurren por las calles prácticamente llanas atravesando un gran campus universitario. En el extremo Oeste del campus el relieve cambia bruscamente. Una senda que lleva el nombre de un profesor de la Universidad al que le gustaba caminar por allí asciende más de 200 metros por una ladera con fuerte pendiente.
La primera fase del ascenso termina al alcanzar una senda circular que rodea completamente la montaña a media altura, justo por debajo de los acantilados. La via "directísima" para continuar ascendiendo está cortada debido a un desprendimiento hace unos años y la inestabilidad de las rocas del acantilado. La alternativa requiere recorrer la senda circular para rodear la montaña por el Sur, a través de bonitos bosques.
Una vez en el lado Oeste, otra senda con nombre propio retoma el ascenso, primero suavemente, pero el asalto final a los últimos 50 metros se realiza en zigzag por una zona de rocas más empinada. Una vez en la cima, unos miradores permiten contemplar muchos kilómetros de la franja costera. Por desgracia, aunque la mañana amaneció preciosa, cuando llegué la cima el cielo se había cubierto de nubes negras por lo que las fotos no salieron muy bien.
El descenso se realiza por el mismo camino. El Jardín Botánico de Wollongong se encuentra anexo a la Universidad, así que en el camino de regreso aproveché para explorar los jardines y fotografiar Mount Keira como si fuera Mordor.