Esta mañana visité el Acuario de Sydney. Hace 8 meses que paso a diario por delante del acuario, pero todavía no había entrado. El precio de la entrada (38 dólares) tampoco invita, la verdad.
Una vez visitado, puedo decir que el acuario no es muy grande, y no creo que esté entre los más espectaculares del mundo. No puedo compararlo con el Acuario de Gijón porque no he visitado este último. En cualquier caso, es fascinante tener esta ventana al mundo submarino, y poder caminar entre tiburones (convenientemente resguardado tras un grueso vidrio, por supuesto). Por fin pude ver bien al escurridizo platypus, y también disfruté del colorido ecosistema de la barrera de coral y de los fieros tiburones nadando a mi alrededor.
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