lunes, 5 de octubre de 2015

Barangaroo

El año pasado escribí sobre desarrollos urbanísticos en Sydney y anticipé un comentario sobre Barangaroo, que es un caso de estudio por si mismo.

Barangaroo es el nombre elegido en 2006 para urbanizar una enorme parcela al oeste del CBD. Durante más de un siglo este lugar fue parte del puerto de Sydney y un importante foco de actividad económica, aunque también de pobreza y enfermedad (de ahí el reciente cambio de nombre). Con el traslado de las actividades portuarias a Port Botany en los años 70, la actividad se fue reduciendo, los tinglados y los muelles desaparecieron, y el vacío fue rellenado por una brutal superficie de hormigón de 22 hectáreas, que es lo que encontré cuando llegué a Sydney en 2012.

Los planes para integrar este terreno en la ciudad llevan más de una década en marcha. El proyecto se lanzó como una oportunidad para crear una gran zona verde y recuperar más de un kilómetro de costa, a cambio de unos modestos edificios en el extremo Sur. Se adjudicó el proyecto a una de las grandes empresas constructoras del país. Como suele suceder, con el transcurso de los años el proyecto fue sufriendo "revisiones" que han ido reduciendo el espacio verde y aumentando la superficie a construir. El gran solar fue dividido en tres. En el tercio Norte se ha inaugurado recientemente la prometida zona verde y se ha realizado una notable labor para reconstruir el aspecto "natural" del terreno antes de convertirse en una enorme esplanada rectangular. Esta zona verde también sirve para camuflar una gigantesca sala subterránea con aspecto de hangar, en principio destinada a exposiciones y eventos culturales.

Mientras tanto, el tercio Sur se declaró zona de negocios y se están terminando de levantar tres rascacielos de oficinas, de unas 40 plantas cada uno.

El segmento central es el más controvertido y su desarrollo es el más retrasado. Los primeros bocetos colocaban allí una zona verde con un gran anfiteatro y unos pequeños bloques residenciales. Estos bloques no tardaron en crecer y actualmente están previstas tres torres de apartamentos de lujo, aún más altas que los rascacielos de oficinas.

Por si fuera poco, en una de estas evoluciones del proyecto apareció un famoso billonario australiano dueño de un emporio de hoteles y casinos. Comenzó a hacer presión para convencer a las autoridades de la tremenda necesidad de construir un hotel-casino de ultralujo en la parcela, o mejor aún, en un islote artificial frente a ella. El hecho de que Sydney ya cuente con un casino (de la competencia) situado a solo 1 kilómetro y que la ley del estado prohiba un segundo casino en Sydney no pareció disuadirle. Tras apenas unos meses de campaña en los medios de comunicación (patrocinados), el estado se prestó cambió la ley del juego, las normas urbanísticas y por supuesto, el proyecto de Barangaroo para hacer sitio al hotel. Lo único que el empresario no consiguió fue su isla artificial: el hotel-casino fue asimilado en el perímetro de la parcela a costa, claro está, de las zonas verdes.

Todavía faltan años para que el hotel-casino esté terminado. Si se ejecuta el diseño presentado, será el edificio más alto de Sydney, una imponente aguja de cristal que hará sombra al resto de la ciudad y el puerto (literalmente: un estudio indica que obstaculizará la visión desde el histórico observatorio de Sydney y que arrojará sombra sobre Darling Harbour). En su interior habrá un hotel de 6 estrellas, un casino de acceso exclusivo para superricos y apartamentos que ya se valoran en $100 millones.




1 comentario:

  1. Apenas un mes después, nuevo incremento de la edificabilidad del solar: http://www.smh.com.au/nsw/central-barangaroo-buildings-increase-again-thanks-to-new-station-20151126-gl8wr7.html

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