Al caminar por la arena se pueden ver los efectos de la erosión, que se está reclamando el terreno donde se encuentran algunas de las propiedades más deseadas. Varias casas han pedido el jardín, la piscina, las escaleras de acceso a la playa, y los cimientos comienzan a ser visibles.
En la parte más alta de uno de los acantilados hay un mirador/merendero donde había gente con prismáticos apurando el final de la temporada de avistamiento de ballenas. Ese lugar es también un sitio habitual de salto para los que practican el parapente. Las condiciones geográficas serán excelentes, pero la toponimia no es de buen augurio. El lugar de salto se llama "Crackneck". Si eso no es suficiente para desanimar a los saltadores, entonces pueden disfrutar de un vuelo y aterrizar en la colina al otro lado de la playa, llamada "Broken Head".
Tras unos 15 kilómetros de paseo se alcanza el extremo de la península sur del Lago Tuggerah, donde se encuentra la localidad de The Entrance de la que ya hablé en su día. Tras saludar a la multitud de pelícanos característicos de este lugar, decidí continuar bordeando la península, pero esta vez por el interior, junto al lago. Esta parte del recorrido es muy sencilla ya que se realiza por una pista ciclista y atraviesa una multitud de parques perfectamente cuidados.
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