He explorado docenas de rutas en las Blue Mountains, pero hasta ahora no había hecho ninguna en bicicleta. Uno de los motivos es que los trenes que suben a las Blue Mountains son antiguos y apenas tienen espacio para unas pocas bicicletas, por lo que puede ser difícil encontrar sitio. Hace unos días, aprovechando que varias otras líneas estaban cortadas durante el fin de semana, sospeché que el tren estaría más vacío de lo habitual y por fin fui con la bici.
Para esta primera ocasión escogí una ruta sencilla, comenzando desde Katoomba y en paralelo a la carretera principal y la línea del ferrocarril. Una pista ciclista bien señalizada recorre unos 12 kilómetros con cortas subidas y bajadas hasta Blackheath, con ocasionales vistas hacia el enorme valle Megalong hacia el Oeste. La ruta alterna secciones asfaltadas y pistas forestales con algunos baches y zonas de arena, pero fáciles de negociar. La mayor parte transcurre entre árboles. Todo el recorrido está señalizado y preparado para bicicletas, aunque hay un pequeño tramo con escalones.
Una vez en Blackheath, crucé la población por alguna de sus encantadoras calles, para continuar hacia el noroeste, primero por una larga calle asfaltada, y después por una pista ancha y en perfectas condiciones. Tras un suave descenso durante unos 10 kilómetros, se llega al mirador de Anvil Rock, con unas vistas espectaculares sobre el Grose Valley, que desgraciadamente quedó muy afectado por los grandes incendios de hace dos años. Muy cerca del mirador hay una espectacular cornisa rocosa con una textura llena de franjas y agujeros, y que se llama Wind Eroded Cave.
A un kilómetro de allí hay otro mirador llamado Perry's Lookdown en un vértice del acantilado. También hay una zona de acampada que lleva cerrada desde los incendios. Tras visitar este lugar, di media vuelta para regresar a Blackheath.
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