martes, 20 de septiembre de 2022

Glenbrook Gorge

En mis viajes a las Blue Mountains en tren, siempre me ha llamado la atención la garganta que forma el río Glenbrook justo al comienzo de las montañas. En alguna ocasión ya hablé del reto que supuso salvar este primer obstáculo por ferrocarril. Desde las ventanas del tren, mirando hacia el fondo del valle, se puede ver una sinuosa garganta.

Comenzando desde Glenbrook, descendí hacia en remanso del río llamado Blue Pool. El descenso sigue una tenue ruta no mantenida y casi perdida en la maleza. Desde Blue Pool tomé un valle lateral para visitar una vez más Red Hands Cave donde se puede encontrar arte aborigen. Esta parte del camino está en muy buenas condiciones, y de hecho me encontré con docenas de corredores de montaña.

Una vez de regreso al valle del Glenbrook, continué el descenso junto al río. Los primeros cientos de metros hasta Jellybean Pool son relativamente fáciles y populares con los bañistas. Pero a partir de ahí se pierde cualquier traza del camino. La garganta son apenas tres kilómetros, pero el recorrido es lento porque hay que ir improvisando el camino. En algunos tramos hay cómodas plataformas de roca, y en otros hay pedreros o zonas de densos arbustos tronchados por las riadas. Hay que cruzar el río en múltiples ocasiones, lo que requiere mojarse o bien saltar de forma precaria entre rocas. Definitivamente una ruta para excursionistas experimentados, aunque para mi sorpresa, me encontré a algunos otros aventureros.

La garganta termina abruptamente en la confluencia con el río Nepean, donde las riadas han depositado unos bancos de arena que forman una playa fluvial. Para salir de allí hay un camino paralelo al Nepean. Este camino aparece en los mapas, pero ha quedado dañado por las riadas y requiere sortear varios obstáculos, como corrimientos de tierra, grandes árboles caídos y acumulaciones de restos de las riadas. Los últimos cientos de metros para llegar a la estación de Lapstone se realizan por una empinada pista forestal.








domingo, 11 de septiembre de 2022

Mermaid Pool y Tahmoor Gorge

A unos 80 kilómetros al sur de Sydney, en dirección a Canberra, el terreno se eleva formando una meseta llamada Southern Highlands y llena de granjas. Los ríos que atraviesan esta meseta han formado cañones serpenteantes. En esta ocasión fui a la localidad de Tahmoor para explorar la garganta del río Bargo en sus últimos kilómetros antes de fundirse con el río Nepean.

El camino comienza en un aparcamiento junto a un puente. Allí arranca una senda que, al parecer, está mantenida por una familia local. Los primeros dos kilómetros son fáciles, acompañando al río en su descenso por plataformas de roca. Los restos de las riadas de los últimos dos años se acumulan por todas partes.

Enseguida se llega a Mermaids Pool, una bonita poza con cascada, pero que resulta muy inaccesible porque en ese lugar el río comienza a formar una garganta. El camino rodea la piscina y asciende hasta un mirador. Allí el camino se bifurca y forma un circuito. Recorriéndolo en sentido horario, la senda se vuelve más abrupta y vuelve a descender hasta el río, ahora ya metido en un cañón y formando un amplio meandro. La ruta está abundantemente señalada con lazos de colores y pintura (excepto en un pequeño tramo). Buena parte del recorrido se realiza por plataformas de rocas junto a las cascadas del río, que hay que cruzar en cuatro ocasiones saltando por las piedras. Estos cruces, junto con algunos otros tramos, son un poco más técnicos de lo habitual y es recomendable contar con algo de experiencia y sentido de la orientación.

Tras varios kilómetros por el fondo del cañón, de pronto el camino asciende por la ladera derecha y deshace el trazado del meandro, pero esta vez por el borde superior del acantilado, hasta regresar a la bifurcación, y desde allí, de vuelta al punto de partida.