Otro paseo por la costa al sur de Sydney, esta vez entre las estaciones de Coalcliff y Austinmer. Es un tramo de la sierra costera de Illawarra. La distancia entre la cresta de la sierra y el mar es mínima y apenas deja sitio para la línea de ferrocarril, la carretera y algunas poblaciones. En algunos lugares ni siquiera queda sitio para eso: el ferrocarril se esconde en túneles y la carretera se adentra en el mar, como en el viaducto Sea Cliff Bridge, protagonista de varios anuncios de coches.
La ruta comienza con una cómoda subida, y luego transcurre por el filo de la sierra hasta llegar a Sublime Point, un mirador a 400 metros de altura. Desde allí se desciende vertiginosamente por la ladera, incluyendo varios tramos de escaleras metálicas casi verticales, no aptas para todos los públicos.
lunes, 24 de noviembre de 2014
lunes, 10 de noviembre de 2014
Gerringong - Kiama
Hace unos meses hice un recorrido por varias localidades de Illawarra. Entre otros lugares, visité Kiama, y ya entonces anuncié mi intención de volver por allí para hacer una ruta. Ayer cogí el tren y en unas dos horas y media llegué a Gerringong, una pequeña localidad 130 kilómetros al sur de Sydney. Parece un lugar muy tranquilo que ocupa una ladera y un brazo de tierra entre una larga playa y un lago costero. Ese fue el punto que elegí para comenzar a recorrer la senda costera que me llevó hasta Kiama, unos 12 kilómetros más al norte.
Nada más empezar a caminar ya se observan algunas similitudes entre esta región y Asturias. El paisaje es verde, el perfil de la costa alterna playas y acantilados. En lugar de la densa vegetación forestal a la que estoy acostumbrado más cerca de la ciudad, aquí hay grandes praderas delimitadas por alambres o incluso algún muro de piedra. En ellas pasta el ganado. Por cierto, que estas praderas no eran tales hace 200 años. La masa forestal de esta región fue rápidamente talada y su valiosa madera fue utilizada en la construcción de la colonia.
El camino no tiene ninguna dificultad. El sendero no está muy marcado, pero resulta inconfundible porque está convenientemente segado. Un cartel advierte al paseante de que no debe salirse de lo segado, entre otros motivos por los bichos que pueda haber entre la hierba. Las vistas son muy hermosas y compensan ampliamente el desplazamiento. Se atraviesan varias playas y se puede observar la geología del terreno, también diferente a la de la cuenca de Sydney. Aquí las rocas sedimentarias se combinan con las ígneas, dando más variedad al terreno.
Nada más empezar a caminar ya se observan algunas similitudes entre esta región y Asturias. El paisaje es verde, el perfil de la costa alterna playas y acantilados. En lugar de la densa vegetación forestal a la que estoy acostumbrado más cerca de la ciudad, aquí hay grandes praderas delimitadas por alambres o incluso algún muro de piedra. En ellas pasta el ganado. Por cierto, que estas praderas no eran tales hace 200 años. La masa forestal de esta región fue rápidamente talada y su valiosa madera fue utilizada en la construcción de la colonia.
El camino no tiene ninguna dificultad. El sendero no está muy marcado, pero resulta inconfundible porque está convenientemente segado. Un cartel advierte al paseante de que no debe salirse de lo segado, entre otros motivos por los bichos que pueda haber entre la hierba. Las vistas son muy hermosas y compensan ampliamente el desplazamiento. Se atraviesan varias playas y se puede observar la geología del terreno, también diferente a la de la cuenca de Sydney. Aquí las rocas sedimentarias se combinan con las ígneas, dando más variedad al terreno.
martes, 4 de noviembre de 2014
Sculpture by the sea
Cada año durante esta quincena el paseo costero que sale de Bondi hacia el sur se convierte en una exposición de esculturas al aire libre. Es muy popular y parece que medio Sydney estuviese allí, incluso entre semana. Este año fui durante un atardecer sorprendentemente frío y con el mar agitado, lo que proporcionó un marco muy bonito.
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