No había recorrido ni 500 metros cuando me encontré con un "dragón de agua". Para mis ojos europeos, el animal parece muy exótico, así que celebré mi suerte y me entretuve un rato retratándolo con mi cámara. Cuando reanudé la marcha, en los siguientes 500 metros me encontré unos cuantos ejemplares más, y me di cuenta de que mi gran hallazgo de fauna nativa es aquí tan común como una lagartija supervitaminada.
Al final me di un chapuzón en la playa de Balmoral, aunque siempre vigilando las sombras a mi alrededor, pues hay algunos tiburones rondando estas aguas (véase la señal que pusieron en la playa de Manly).
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