Buena parte de Australia ha estado sufriendo temperaturas abrasadoras durante la pasada semana, batiéndose algunos récords y agravando los incendios forestales en Tasmania. Afortunadamente para mi, Sydney se ha mantenido al margen gracias a los vientos del océano. Pero parece que eso va a cambiar, aunque sólo sea por un día. Si se cumplen las previsiones, mañana martes nos vamos a achicharrar:
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