Los fuegos artificiales de Año Nuevo en Sydney tienen fama de ser de los mejores del mundo. En España solemos verlos en el telediario de las 3 de la tarde del 31 de Diciembre, cuando pasan unos segundos para explicarnos que en algunas partes del mundo ya ha comenzado el año nuevo. Efectivamente, aquí los fuegos son un gran acontecimiento. Las principales calles de la ciudad se cierran para que un millón y medio de personas (según ha informado la prensa) se acerque hasta el puerto para presenciarlos. Los mejores sitios están ocupados desde primera hora de la mañana por algunos valerosos que desafían al sol calcinante.
En Australia no hay tradición de tomar las uvas, ni campanadas, ni Puerta del Sol, sino toda una tarde-noche de espectáculos. A las 9 de la noche hay una primera salva de fuegos artificiales para que los más pequeños no se vayan muy tarde a la cama. Y a las 12, el gran estallido pirotécnico. Aunque las imágenes suelen mostrar el puente, hay fuegos en prácticamente toda la ciudad, desde las playas de Bondi y Manly, hasta las azoteas de los rascacielos, y toda la bahía. En los planos de televisión con helicópero se aprecia que la ciudad parece estar en llamas.
El espectáculo es demasiado único como para perdérselo, así que sobreponiéndome a mi aversión a las multitudes, me acerqué hasta la colina del observatorio. Está bastante cerca del puente, aunque el ángulo no es el ideal. Llegué dos horas antes de la medianoche y ya no había ni un metro cuadrado, así que esperé en pie. Los fuegos duran poco más de 10 minutos, y mires hacia donde mires, hay explosiones de colores. Yo no iba preparado para hacer fotografías, aunque dejo aquí una que hice mientras esperaba. Hay imágenes mucho más bonitas buscando en Google, y Youtube está lleno de vídeos. Por ejemplo, os sugiero este video amateur del último minuto de traca final.
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