El otro día tras dar un paseo alrededor del Narrabeen Lagoon continué un poco más siguiendo la costa hacia el Norte. Este era el tramo intermedio que me faltaba para (casi) completar "bloody long walk", tras haber hecho previamente la parte norte y la parte sur. Es un camino que empalma una sucesión de playas separadas por acantilados con vistas espectaculares. Mucho menos concurrido que el famoso paseo entre Bondi y Coogee, pero de visita muy recomendable.
sábado, 17 de septiembre de 2016
martes, 13 de septiembre de 2016
Elecciones municipales
El pasado Sábado se celebraron elecciones en varios municipios.
El municipio de la ciudad de Sydney es relativamente pequeño. Solo incluye los barrios más céntricos, con una población de 170.000 habitantes, es decir, menor que Oviedo. En comparación, el área metropolitana tiene un total 5 millones de habitantes.
En Sydney la alcaldesa Clover Moore revalidó su puesto para un cuarto mandato con una amplia mayoría. La reelección parecía cantada gracias a su popularidad. La señora Moore es una candidata independiente, no asociada con ninguno de los partidos tradicionales. Entre sus méritos se cuentan su apuesta por las energías verdes, unas cuentas saneadas, la construcción de una creciente red de carriles bici o su compromiso con los derechos de los homosexuales. También se le reconoce un gobierno libre de escándalos de corrupción (que también existe por estas latitudes) y de juegos de sillas (como en el gobierno nacional). Y a pesar de la enorme inflación de los precios del suelo, el gobierno municipal se ha mantenido relativamente al margen de las grandes operaciones especulativas llevadas a cabo sobre todo por otras administraciones (por ejemplo Barangaroo y otros casos), e incluso ha denunciado algunos de esos manejes.
Lamentablemente, en lugar de admiración e inspiración, los líderes de estas otras administraciones, especialmente el gobierno del estado de New South Wales, parecen más interesados en desalojar a Moore. En 2012 hicieron una ley de incompatibilidades para obligarla a renunciar a su escaño en el parlamento estatal; la iniciativa fue tan obviamente dirigida que la ley se conoce por el sobrenombre de "Get Clover Law". Moore tuvo que abandonar el escaño y concentrarse en la alcaldía.
El año pasado volvieron a la carga y aprobaron otra ley que otorga doble voto obligatorio a todos los negocios de Sydney en las elecciones municipales. La justificación democrática de esta forma de votar escapa a mi comprensión. Siendo bondadoso, podría pensarse que los asuntos de una capital financiera tan importante como Sydney son demasiado importantes como para dejarlos en manos de unos miles de habitantes simpatizantes de las bicicletas; los empresarios sin duda están más capacitados (el doble, para ser preciso) para hacer una buena elección. Para ser justos, hay que decir que otras ciudades como Londres usan un sistema similar. Sin embargo, ni aún así: en las elecciones del Sábado, las primeras con este nuevo sistema de voto, Moore salió reelegida y amplió su ventaja.
El municipio de la ciudad de Sydney es relativamente pequeño. Solo incluye los barrios más céntricos, con una población de 170.000 habitantes, es decir, menor que Oviedo. En comparación, el área metropolitana tiene un total 5 millones de habitantes.
En Sydney la alcaldesa Clover Moore revalidó su puesto para un cuarto mandato con una amplia mayoría. La reelección parecía cantada gracias a su popularidad. La señora Moore es una candidata independiente, no asociada con ninguno de los partidos tradicionales. Entre sus méritos se cuentan su apuesta por las energías verdes, unas cuentas saneadas, la construcción de una creciente red de carriles bici o su compromiso con los derechos de los homosexuales. También se le reconoce un gobierno libre de escándalos de corrupción (que también existe por estas latitudes) y de juegos de sillas (como en el gobierno nacional). Y a pesar de la enorme inflación de los precios del suelo, el gobierno municipal se ha mantenido relativamente al margen de las grandes operaciones especulativas llevadas a cabo sobre todo por otras administraciones (por ejemplo Barangaroo y otros casos), e incluso ha denunciado algunos de esos manejes.
Lamentablemente, en lugar de admiración e inspiración, los líderes de estas otras administraciones, especialmente el gobierno del estado de New South Wales, parecen más interesados en desalojar a Moore. En 2012 hicieron una ley de incompatibilidades para obligarla a renunciar a su escaño en el parlamento estatal; la iniciativa fue tan obviamente dirigida que la ley se conoce por el sobrenombre de "Get Clover Law". Moore tuvo que abandonar el escaño y concentrarse en la alcaldía.
El año pasado volvieron a la carga y aprobaron otra ley que otorga doble voto obligatorio a todos los negocios de Sydney en las elecciones municipales. La justificación democrática de esta forma de votar escapa a mi comprensión. Siendo bondadoso, podría pensarse que los asuntos de una capital financiera tan importante como Sydney son demasiado importantes como para dejarlos en manos de unos miles de habitantes simpatizantes de las bicicletas; los empresarios sin duda están más capacitados (el doble, para ser preciso) para hacer una buena elección. Para ser justos, hay que decir que otras ciudades como Londres usan un sistema similar. Sin embargo, ni aún así: en las elecciones del Sábado, las primeras con este nuevo sistema de voto, Moore salió reelegida y amplió su ventaja.
domingo, 11 de septiembre de 2016
Waterfall - Heathcote
Waterfall y Heathcote son dos pequeñas localidades en el límite del Royal National Park, al sur de Sydney. Una ruta de unos 12 kilómetros las conecta a través de los valles situados al Oeste. Aunque las guías indican que es una ruta "difícil", hay que tomarse esta clasificación con cierta perspectiva porque no require proezas físicas ni desafíos técnicos. El camino desciende desde Waterfall al valle y al principio transcurre junto a un rio que forma bonitas cascadas y sifones. Luego viene el tramo más incómodo, cuando el camino vuelve a subir por la ladera opuesta. Esta sección estaba prácticamente comida por la maleza y había que negociar el paso apartando ramas, aunque el sendero estaba bien marcado en el suelo. Afortunadamente luego se llega a un punto donde el camino estaba recientemente despejado y se recuperan las vistas panorámicas del valle. Se llega entonces a una amplia pista que da servicio a un acueducto que suministra agua a los barrios del sur de Sydney. Una pequeña diversión permite visitar el lago Eckersley, que en realidad es poco más que un remanso del río. Tras dos o tres kilómetros por la pista se toma un sendero que sube hasta Heathcote.
lunes, 5 de septiembre de 2016
Narrabeen Lagoon
Narrabeen es una de las playas en los suburbios al norte de Sydney, famosa por el surf. Tras la playa se encuentra una laguna con un perímetro de unos 8 kilómetros. Las autoridades locales han invertido en los últimos años en consolidar una senda que conecta varios parques, y el resultado es fantástico: un camino ancho y perfectamente plano, prácticamente al nivel del agua, que permite dar la vuelta completa con gran comodidad. Además de disfrutar de las hermosas vistas de la laguna, su fauna y vegetación, el camino está salpicado de parques con las típicas barbacoas, instalaciones deportivas de todo tipo (golf, kayak, tirolina...), un campo de entrenamiento de mascotas, elegantes puentes peatonales, etc. La orilla norte tiene el inconveniente de tener una transitada carretera muy cerca del camino, mientras que la orilla sur tiene tramos muy tranquilos en los que parece que estemos atravesando la jungla. También en la orilla norte hay un desvío que conduce al parque de Deep Creek donde hay una bonita cascada. El camino es ideal para ciclistas y familias. Un ejemplo a seguir de cómo invertir en los recursos naturales locales.
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