Estos años pasados había recorrido prácticamente la extensión completa de la ruta, pero en pequeños segmentos, comenzando desde las cabeceras o desde la playa de Wattamolla, a la que se puede llegar en coche. Finalmente he tenido la oportunidad de completar el recorrido de extremo a extremo en una única jornada.
La aventura comienza con un madrugón para coger el tren hacia Otford. Es importante comenzar la ruta temprano porque en el otro extremo, en Bundeena, la única opción para regresar a la ciudad es coger un ferry privado que solo circula hasta el atardecer. Además de esta restricción, también hay varios incentivos: comenzar temprano permite disfrutar de las primeras horas de sol del día sobre el océano, caminar con aire fresco, y disponer de más tiempo para detenerse a descansar y disfrutar del paisaje.
El primer tercio del recorrido va desde la estación de Otford hasta la playa de Garie. Es el tramo con mayores desniveles, pero también con más variedad de vegetación y paisajes. El tramo central va desde la playa de Garie pasando por Eagle Rock hasta la playa de Wattamolla. Comienza con una fuerte subida para salir de la playa de Garie, pero luego transcurre plácidamente por una senda recientemente restaurada. Hace unos meses toda esta zona fue devastada por un incendio, dándole un aspecto desolador. El último tercio de la ruta va de Wattamolla, pasando por las playas de Marley, y de ahí hasta Bundeena. Al ser Domingo y las horas centrales del día, este último tramo estaba muy transitado. Los más dispuestos pueden alargar un poco más la ruta dando un rodeo para visitar Jibbon Head, pero yo no lo hice en esta ocasión.
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