En mis primeras excursiones por las Blue Mountains quedé impresionado por los preciosos recorridos por el Jamison Valley, al pie de los acantilados de Katoomba, Leura y Wentworth Falls. Tanto en la zona de Katoomba/Leura como en la de Wentworth Falls existen rutas bien mantenidas y bastante concurridas para descender al valle, y para recorrer algunos tramos. Para mi sorpresa, apenas había referencias de una ruta que conectase ambas zonas. Investigando un poco más a fondo, finalmente encontré referencias a una senda conocida como Lindeman Pass abierta por empeño y esfuerzo personal de Charles Lindeman durante las primeras décadas del siglo XX. Curiosamente, por diversos motivos que incluyen rencillas entre las poblaciones mencionadas, intereses turísticos e incluso sentimientos anti-alemanes durante la Guerra Mundial, la obra quedó inacabada por solo unos pocos metros, y después fue prácticamente abandonada.
Actualmente, Lindeman Pass es una ruta sin señalizar y con accesos muy complicados. Como el National Pass, la ruta discurre de manera inverosímil por una estrecha cornisa a media altura en los acantilados, lo que significa que incluso las partes llanas transcurren entre una pared de roca y el precipicio. En el siglo transcurrido desde que Lindeman trazó la ruta, varios desprendimientos la han cortado y obligan a tomar desvíos por pedreros. En resumen, no es un paseo para principiantes o familias con niños.
Normalmente el recorrido comienza justo al pie de las cascadas de Leura, pero actualmente esta zona está cerrada al público debido a los efectos de las riadas de Febrero, por lo que continué hasta Sublime Point y descendí por una ruta muy vertical conocida como Copeland Pass. Son 250 metros de desnivel por la pared vertical del acantilado. No hace falta equipo de escalada, pero si hay que hacer numerosas destrepadas con la ayuda de raíces y cuerdas. Una de las partes más espectaculares es un estrecho túnel vertical que recuerda a las tuberías verticales de los juegos de Super Mario. Es imprescindible ir acompañado de alguien que conozca la ruta, porque en varias ocasiones los siguientes pasos no son obvios, y no es un lugar para cometer errores.
Al llegar a la cota 650 metros se alcanza la senda de Lindeman Pass, que se ajusta al acantilado como una curva de nivel. En general esta parte del recorrido es bastante obvia, aunque hay que prestar atención para evitar torceduras. Las únicas partes donde la ruta es más confusa es en los pedreros mencionados anteriormente, aunque afortunadamente otros exploradores han colocado algunas marcas y cintas de colores.
Linderman Pass continua ciñéndose al acantilado en dirección a Wentworth Falls, pero en mi caso, al llegar a Gladstone Pass tomé esta salida. Gladstone Pass vuelve a ascender hasta la cima del acantilado. Si Copeland Pass lo hacía por un risco saliente, Gladstone Pass lo hace por un húmedo cañón. Es un poco menos vertical, pero el barro, el agua de las cascadas y las rocas cubiertas de musgo hacen que sea bastante delicado. En algunos tramos hay que trepar por cuerdas, colgarse de ramas y raíces, o básicamente gatear por el barro. La parte más estrecha del cañón se atraviesa por una estrecha y resbaladiza repisa tallada en la roca, agarrado a una cuerda.
Una vez alcancé la parte superior del acantilado, continué hacia Wentworth Falls usando sendas mucho más cómodas y que ya había explorado en otras ocasiones.
Aunque solo exploré un segmento del Lindeman Pass, el esfuerzo mereció la pena. Eso si, esta ruta solo debe ser intentada por caminantes experimentados, correctamente equipados, bien acompañados y en buena forma física. Tener buenas nociones de navegación es esencial, ya que el GPS es inservible para recorrer paredes de acantilados.