domingo, 27 de diciembre de 2020

Gordon - Chatswood (via Lane Cove)

El parque nacional de Lane Cove es uno de los que más visito por su cercanía al centro de la ciudad. Esta semana he ido dos veces. La primera fue con mi bote inflable, para explorar el río entre la presa y el Blue Hole, casi debajo del puente De Burghs. Son aproximadamente 4 kilómetros en cada dirección, por aguas muy tranquilas excepto por la abundancia de otros navegantes en la parte baja del río, donde hay un negocio de alquiler de barcas. En el otro extremo, el río se va estrechando y haciendo menos profundo hasta llegar al Blue Hole, que marca del final de la zona navegable. Un puñado de árboles caídos sobre el río dificultan un poco la navegación.

La segunda visita casi seguida al parque fue por tierra, para explorar un acceso que todavía no había recorrido. Desde la estación de Gordon, y tras recorrer unas calles suburbanas, se alcanza la cabecera del arroyo Blackbutt. Una cómoda pista desciende por un bonito bosque hasta llegar la carretera de Lady Game Drive. Aquí el camino deja de estar mantenido, se vuelve mucho más estrecho y casi desaparece entre la maleza. Una tubería indica la dirección a seguir, y al cabo de unos 500 metros de abrirse paso entre ramas, arbustos y telas de araña se enlaza con la senda del Great North Walk, en muchas mejores condiciones. A partir de aquí se continua por la orilla norte del río, atravesando sorprendentes formaciones rocosas. Tras cruzar la presa comienza el camino de ascenso hacia Chatswood por la senda Ferndale.









miércoles, 23 de diciembre de 2020

Ganguddy / Dunns Swamp

Mi última parada en el viaje que hice este año por el interior de New South Wales fue en Ganguddy (también llamado Dunns Swamp), en el extremo Oeste del parque nacional de Wollemi. Allí hay una zona de acampada entre los árboles y las rocas, a la orilla de un lago artificial. Este embalse fue creado hace 100 años para abastecer a una fábrica de cemento a decenas de kilómetros de allí. Los ingenieros aprovecharon un sinuoso cañón del río Cudgegong para crear un lago con una silueta serpenteante.

Esta zona fue calcinada por los incendios de hace un año, creando un extraño paisaje de árboles ennegrecidos, troncos y ramas caídas, y roca desnuda. Además, una gran tormenta con oscuras nubes y rachas de viento huracanado añadieron desasosiego al paisaje durante mi visita. Posiblemente debido a estas condiciones, apenas me encontré a nadie, aunque sospecho que esta zona sea bastante popular en verano.

La geología de este valle es muy peculiar. Enormes bloques de roca toman extrañas formas, en algunos casos presentando una estratificación horizontal que les da el nombre de "pagodas".

Comenzando desde la zona de acampada exploré un par de rutas. La más interesante es la que sale hacia el Oeste en dirección a la presa. Antes de llegar allí atraviesa unos bonitos miradores sobre el lago. Después continué un poco más aguas abajo para explorar Long Cave, en una ribera muy bonita. Y luego, durante el camino de regreso, trepé por las pagodas para explorar un paisaje de aspecto casi extraterrestre.

También tuve tiempo de explorar el lago con mi bote inflable. Es una navegación corta pero fascinante entre las paredes rocosas del cañón.








domingo, 13 de diciembre de 2020

Wondabyne - Woy Woy

Hace unos años (7 años!) salí con un grupo a hacer la ruta entre Wondabyne y Patonga. No fue mi ruta favorita: la recuerdo larga, principalmente por anchas pistas muy expuestas, y sobre todo bajo un sol achicharrador. Quizás por eso he tardado en volver. Esta vez he explorado una variante, comenzando también en Wondabyne pero terminando en Woy Woy. También he cambiado el plan para realizar el recorrido cuando el sol está más bajo. El tiempo, alternando entre el sol y las nubes oscuras y incluso algunas gotas de lluvia, también ha ayudado a hacer la experiencia más agradable. La mejor parte del recorrido es el ascenso al monte Wondabyne, que pese a su baja altura, domina una enorme extensión de terreno y tiene unas vistas panorámicas que abarcan los rascacielos de Sydney (50 kilómetros al Sur), el estuario del Hawkesbury y la Central Coast.





martes, 8 de diciembre de 2020

Bob Turner's Track (Colo River)

El río Colo atraviesa de Oeste a Este el parque nacional de Wollemi desde su origen en los valles de Wolgan y Carpetee. Buena parte de su recorrido transcurre por una zona de difícil acceso, sin carreteras ni localidades, lo que ha permitido que se conserve prácticamente virgen.

Para mi primera visita a esta zona, escogí una corta pero intensa ruta llamada Bob Turner's track. Para llegar allí hay que conducir unos 100 kilómetros desde el centro de la ciudad. La primera mitad de ese recorrido es urbano, hasta llegar a Windsor, donde se cruza el río Hawkesbury y el paisaje cambia completamente. Primero se atraviesa una zona de granjas, luego comienza el bosque, y enseguida la carretera comienza a curvarse y ascender y luego descender otra vez para cruzar el Colo hacia el Norte y volver a subir por las montañas. El paisaje es muy bonito, pese a las evidentes cicatrices de los incendios de hace un año. Finalmente hay que abandonar el asfalto y continuar rodando otros 3 kilómetros por una pista forestal (hace falta un vehículo alto), hasta llegar a un pequeño aparcamiento.

La senda de Bob Turner tiene apenas 3.5 kilómetros, en los que desciende más de 300 metros, especialmente en el primer y el último tramo. El tramo intermedio desciende también, pero en suave pendiente por el interior del bosque. Esperaba encontrarme un camino en malas condiciones, teniendo en cuenta los incendios, las inundaciones y que la senda es prácticamente desconocida. Sin embargo, la mayor parte del camino está en buenas condiciones, con tramos escalonados y bien mantenidos. La única dificultad estaba en salvar algunos grandes árboles caídos recientemente.

El camino termina en una curva del río Colo, en el fondo del profundo valle. En esta zona hay un pequeño claro que parece perfecto para una futura acampada. El Colo es famoso por sus enormes crecidas, y las orillas dan testimonio de ello, con visibles marcas de riadas a gran altura sobre el cauce habitual. Las oscilaciones del río también permiten la aparición de pequeñas playas fluviales. Cuando las aguas están calmadas, son estupendas para un baño o para navegar.

El camino de regreso se hace por la misma ruta. El calor veraniego unido a la disminuida cubierta vegetal debido a los incendios hacen que la subida requiera un buen esfuerzo.