domingo, 28 de diciembre de 2014
Berowra - Mt Kuring-gai (por Cowan Creek)
Hace unos meses hice la ruta entre Mt Kuring-gai y Berowra a través del Berowra Creek, el valle al Oeste de ambas localidades. Ayer hice el camino inverso, pero por una ruta distinta: el valle de Cowan, otro estuario situado al Este. Es un paseo sencillo en los límites del Parque Nacional de Kuring-gai. Comienza con un descenso en zig-zag desde la estación de Berowra hasta el borde del agua, y luego transcurre por la orilla hasta el embarcadero de Apple Tree. Allí había multitud de familias disfrutando de sus lanchas y yates en un día de cielo plomizo y agradable frescor. Finalmente, una subida conduce hasta la estación de Mt Kuring-gai.
domingo, 7 de diciembre de 2014
Tormentas
En ocasiones Sydney encadena varios días consecutivos de tormentas. En esta ocasión llevamos 10 días de calor y fuertes tormentas por la tarde. Estas tormentas veraniegas suelen llegar del interior (el oeste) donde se forman espectaculares nubes. Gracias al radar meteorológico es fácil ver el avance de estas nubes y puedes planificar cuándo conviene salir de casa y cuándo hay que correr para evitar el chaparrón.
Además de los estragos causados por las trombas de agua y las ráfagas de viento, las tormentas de estos días llaman la atención por la violencia de los rayos y truenos. La ciudad ha sido sacudida por muchos rayos, que han causado varios heridos y el incendio en una subestación eléctrica a dos manzanas de mi casa.
Normalmente solo publico mis propias fotos en este blog, pero hoy voy a hacer una excepción. Un joven fotógrafo llamado Roland Taylor realizó esta llamativa composición combinando 20 exposiciones en un periodo de 30 minutos durante la tormenta del pasado miércoles. Él mismo explica el proceso que siguió para elaborar esta imagen.
Este tiempo no es nada extraordinario en Sydney. Desde que llegué ya he asistido a varios episodios similares. Los que llevan aquí más tiempo se acuerdan de la apocalíptica "tormenta roja" de 2009, o la costosa granizada de 1999.
Además de los estragos causados por las trombas de agua y las ráfagas de viento, las tormentas de estos días llaman la atención por la violencia de los rayos y truenos. La ciudad ha sido sacudida por muchos rayos, que han causado varios heridos y el incendio en una subestación eléctrica a dos manzanas de mi casa.
Normalmente solo publico mis propias fotos en este blog, pero hoy voy a hacer una excepción. Un joven fotógrafo llamado Roland Taylor realizó esta llamativa composición combinando 20 exposiciones en un periodo de 30 minutos durante la tormenta del pasado miércoles. Él mismo explica el proceso que siguió para elaborar esta imagen.
Este tiempo no es nada extraordinario en Sydney. Desde que llegué ya he asistido a varios episodios similares. Los que llevan aquí más tiempo se acuerdan de la apocalíptica "tormenta roja" de 2009, o la costosa granizada de 1999.
lunes, 24 de noviembre de 2014
Coalcliff - Austinmer
Otro paseo por la costa al sur de Sydney, esta vez entre las estaciones de Coalcliff y Austinmer. Es un tramo de la sierra costera de Illawarra. La distancia entre la cresta de la sierra y el mar es mínima y apenas deja sitio para la línea de ferrocarril, la carretera y algunas poblaciones. En algunos lugares ni siquiera queda sitio para eso: el ferrocarril se esconde en túneles y la carretera se adentra en el mar, como en el viaducto Sea Cliff Bridge, protagonista de varios anuncios de coches.
La ruta comienza con una cómoda subida, y luego transcurre por el filo de la sierra hasta llegar a Sublime Point, un mirador a 400 metros de altura. Desde allí se desciende vertiginosamente por la ladera, incluyendo varios tramos de escaleras metálicas casi verticales, no aptas para todos los públicos.
La ruta comienza con una cómoda subida, y luego transcurre por el filo de la sierra hasta llegar a Sublime Point, un mirador a 400 metros de altura. Desde allí se desciende vertiginosamente por la ladera, incluyendo varios tramos de escaleras metálicas casi verticales, no aptas para todos los públicos.
lunes, 10 de noviembre de 2014
Gerringong - Kiama
Hace unos meses hice un recorrido por varias localidades de Illawarra. Entre otros lugares, visité Kiama, y ya entonces anuncié mi intención de volver por allí para hacer una ruta. Ayer cogí el tren y en unas dos horas y media llegué a Gerringong, una pequeña localidad 130 kilómetros al sur de Sydney. Parece un lugar muy tranquilo que ocupa una ladera y un brazo de tierra entre una larga playa y un lago costero. Ese fue el punto que elegí para comenzar a recorrer la senda costera que me llevó hasta Kiama, unos 12 kilómetros más al norte.
Nada más empezar a caminar ya se observan algunas similitudes entre esta región y Asturias. El paisaje es verde, el perfil de la costa alterna playas y acantilados. En lugar de la densa vegetación forestal a la que estoy acostumbrado más cerca de la ciudad, aquí hay grandes praderas delimitadas por alambres o incluso algún muro de piedra. En ellas pasta el ganado. Por cierto, que estas praderas no eran tales hace 200 años. La masa forestal de esta región fue rápidamente talada y su valiosa madera fue utilizada en la construcción de la colonia.
El camino no tiene ninguna dificultad. El sendero no está muy marcado, pero resulta inconfundible porque está convenientemente segado. Un cartel advierte al paseante de que no debe salirse de lo segado, entre otros motivos por los bichos que pueda haber entre la hierba. Las vistas son muy hermosas y compensan ampliamente el desplazamiento. Se atraviesan varias playas y se puede observar la geología del terreno, también diferente a la de la cuenca de Sydney. Aquí las rocas sedimentarias se combinan con las ígneas, dando más variedad al terreno.
Nada más empezar a caminar ya se observan algunas similitudes entre esta región y Asturias. El paisaje es verde, el perfil de la costa alterna playas y acantilados. En lugar de la densa vegetación forestal a la que estoy acostumbrado más cerca de la ciudad, aquí hay grandes praderas delimitadas por alambres o incluso algún muro de piedra. En ellas pasta el ganado. Por cierto, que estas praderas no eran tales hace 200 años. La masa forestal de esta región fue rápidamente talada y su valiosa madera fue utilizada en la construcción de la colonia.
El camino no tiene ninguna dificultad. El sendero no está muy marcado, pero resulta inconfundible porque está convenientemente segado. Un cartel advierte al paseante de que no debe salirse de lo segado, entre otros motivos por los bichos que pueda haber entre la hierba. Las vistas son muy hermosas y compensan ampliamente el desplazamiento. Se atraviesan varias playas y se puede observar la geología del terreno, también diferente a la de la cuenca de Sydney. Aquí las rocas sedimentarias se combinan con las ígneas, dando más variedad al terreno.
martes, 4 de noviembre de 2014
Sculpture by the sea
Cada año durante esta quincena el paseo costero que sale de Bondi hacia el sur se convierte en una exposición de esculturas al aire libre. Es muy popular y parece que medio Sydney estuviese allí, incluso entre semana. Este año fui durante un atardecer sorprendentemente frío y con el mar agitado, lo que proporcionó un marco muy bonito.
domingo, 26 de octubre de 2014
Otra vez los 7 puentes
Al igual que el año pasado, hoy participé en el 7 Bridges Walk junto con varios miles de personas más. Para los que no se acuerden, se trata de una actividad benéfica en la que se recorren 27 kilómetros alrededor del puerto de Sydney, que aquí dicen que es el más bonito del mundo. Resulta imposible juzgar si tienen razón, pero sin duda es muy hermoso. Tiene una longitud de costa de 317 kilómetros. Para poner esa cifra en perspectiva, Asturias, incluyendo todos sus accidentes geográficos y rías, tiene 401 kilómetros de costa. Afortunadamente los puentes que cruzan los múltiples brazos de la bahía permiten acortar el recorrido a 27 kilómetros.
También como el año pasado, la organización del evento fue impecable, así como el espíritu participativo de los ciudadanos, tanto los caminantes como los vecinos que ofrecen limonada o te refrescan con la manguera del jardín. Hoy se agradecía especialmente ya que el sol apretaba y la temperatura superó los 30 grados. Hay tramos más llanos y otros, especialmente en la parte norte, que son un continuo subir y bajar. La ruta tuvo un par de variantes respecto al año pasado. Una obligada por las obras de los rascacielos en el solar de Barangaroo, y otra para conocer una agradable senda en Tambourine Bay.
También como el año pasado, la organización del evento fue impecable, así como el espíritu participativo de los ciudadanos, tanto los caminantes como los vecinos que ofrecen limonada o te refrescan con la manguera del jardín. Hoy se agradecía especialmente ya que el sol apretaba y la temperatura superó los 30 grados. Hay tramos más llanos y otros, especialmente en la parte norte, que son un continuo subir y bajar. La ruta tuvo un par de variantes respecto al año pasado. Una obligada por las obras de los rascacielos en el solar de Barangaroo, y otra para conocer una agradable senda en Tambourine Bay.
domingo, 19 de octubre de 2014
Spit Bridge - Roseville Bridge
Hoy hice otra ruta por la orilla de uno de los brazos del puerto de Sydney, el Middle Harbour. La ruta comienza en el puente levadizo de Spit, el mismo sitio donde arranca la popular ruta a Manly que ya he hecho un par de veces. En lugar de dirigirme hacia la costa, hoy fui hacia el interior, remontando el Middle Harbour.
Los primeros kilómetros de la ruta transcurren por un barrio acomodado, y luego el camino se introduce en un parque natural. En esta zona se puede observar el aspecto que debía tener todo el puerto de Sydney antes de que la ciudad lo envolviese. Casi todo el camino transcurre en una semisombra entre la abundante vegetación. La ruta enlaza varias sendas y en general está bien señalizada, aunque en algunos puntos clave hay que consultar el mapa y el GPS para orientarse. Hay tramos que están muy bien acondicionados, intercalados con otros que todavía no han arreglado y que tienen pasos algo complicados.
Durante la ruta se rodea una preciosa bahía, se pasa junto a un campo de tiro abandonado y una minúscula y hermosa playa. Como siempre, las formaciones rocosas resultan sorprendentes, y en este caso de manera especial un "puente natural" que desafía el sentido común.
Después de unas horas caminando llegué al Roseville Bridge. No es obvio cómo cruzarlo de forma segura, pero después de algunas vueltas encontré el paso peatonal. Desde el barrio de Roseville inicié el regreso en autobús.
Los primeros kilómetros de la ruta transcurren por un barrio acomodado, y luego el camino se introduce en un parque natural. En esta zona se puede observar el aspecto que debía tener todo el puerto de Sydney antes de que la ciudad lo envolviese. Casi todo el camino transcurre en una semisombra entre la abundante vegetación. La ruta enlaza varias sendas y en general está bien señalizada, aunque en algunos puntos clave hay que consultar el mapa y el GPS para orientarse. Hay tramos que están muy bien acondicionados, intercalados con otros que todavía no han arreglado y que tienen pasos algo complicados.
Durante la ruta se rodea una preciosa bahía, se pasa junto a un campo de tiro abandonado y una minúscula y hermosa playa. Como siempre, las formaciones rocosas resultan sorprendentes, y en este caso de manera especial un "puente natural" que desafía el sentido común.
Después de unas horas caminando llegué al Roseville Bridge. No es obvio cómo cruzarlo de forma segura, pero después de algunas vueltas encontré el paso peatonal. Desde el barrio de Roseville inicié el regreso en autobús.
sábado, 11 de octubre de 2014
Sydney FC 1, Melbourne City 1 (D. Villa)
Ayer asistí al partido de fútbol entre el Sydney FC y el Melbourne City en el Allianz Stadium, situado junto al Centennial Park, a apenas un paso del centro. Era el primer partido de la nueva temporada de la A-League, la Primera División australiana, de la que forman parte solo 10 equipos, uno de ellos neozelandés. La asistencia fue de 25.000 personas, muy superior a la habitual en este estadio. Uno de los atractivos del partido era la rivalidad con Melbourne, la otra gran ciudad australiana. Curiosamente el Sydney juega con camiseta azul, mientras que los visitantes visten rayas rojiblancas, por lo que el derbi recuerda a otra rivalidad en tierras muy lejanas (y tiempos lejanos, también).
El otro motivo de expectación era el debut de David Villa con el Melbourne City. El de Tuilla acaba de aterrizar en Australia para jugar durante unos pocos meses antes de dar el salto a la liga norteamericana. Como anécdota, durante la presentación de los jugadores el videomarcador indica su nombre, posición y club de formación, así que ayer 25.000 personas se enteraron de que el guaje comenzó a golear en el UP Langreo. No estuve rápido para hacer esa foto.
Ayer, entre una marea de camisetas azul celeste, muchas de ellas con el nombre de Alessandro del Piero (jugador del Sydney FC hasta este verano), se veían bastantes camisetas del Barcelona y el número 7 de la Roja. Parece que Villa también tiene seguidores aquí. Incluso había alguna bandera asturiana.
El protagonista de la noche no decepcionó. En la segunda parte se puso (otra vez) la camiseta rojiblanca, saltó al campo entre ovaciones, y en el primer balón que controló en este hemisferio, se revolvió en el borde del área, chutó y marcó el gol que daba el empate para su equipo, para delirio de una grada que en principio debería serle hostil. No tuvo muchas más ocasiones de lucirse, ya que sus nuevos compañeros que deberían suministrarle balones no son precisamente Iniesta o Xavi.
El otro motivo de expectación era el debut de David Villa con el Melbourne City. El de Tuilla acaba de aterrizar en Australia para jugar durante unos pocos meses antes de dar el salto a la liga norteamericana. Como anécdota, durante la presentación de los jugadores el videomarcador indica su nombre, posición y club de formación, así que ayer 25.000 personas se enteraron de que el guaje comenzó a golear en el UP Langreo. No estuve rápido para hacer esa foto.
Ayer, entre una marea de camisetas azul celeste, muchas de ellas con el nombre de Alessandro del Piero (jugador del Sydney FC hasta este verano), se veían bastantes camisetas del Barcelona y el número 7 de la Roja. Parece que Villa también tiene seguidores aquí. Incluso había alguna bandera asturiana.
El protagonista de la noche no decepcionó. En la segunda parte se puso (otra vez) la camiseta rojiblanca, saltó al campo entre ovaciones, y en el primer balón que controló en este hemisferio, se revolvió en el borde del área, chutó y marcó el gol que daba el empate para su equipo, para delirio de una grada que en principio debería serle hostil. No tuvo muchas más ocasiones de lucirse, ya que sus nuevos compañeros que deberían suministrarle balones no son precisamente Iniesta o Xavi.
jueves, 9 de octubre de 2014
Macquaire Park - Thornleigh (via Lane Cove)
El pasado fin de semana hice un tramo más del Great North Walk, esta vez por el tramo superior del valle de Lane Cove, conectando varios de mis paseos anteriores por la misma zona (Lane Cove y Blue Gum walk). Este tramo transcurre por un frondoso bosque, más diverso de lo habitual en otras rutas. También me encontré con múltiples aves y lagartos. La ruta está bien señalizada y discurre por un buen camino, salvo los cruces de ríos y arroyos, que solo son practicables en temporada seca. Los accesos a Lane Cove desde Macquaire Park son peligrosos porque hay que cruzar una carretera. Aunque esta es una de las mejores reservas naturales dentro de Sydney, los accesos están pensados solo para automovilistas y no para peatones.
Actualización (19 Oct 2014): he subido algunas fotos.
Actualización (19 Oct 2014): he subido algunas fotos.
domingo, 10 de agosto de 2014
Kurnell - Cronulla
Este fin de semana hice otra ruta costera, unos 20 km por la península de Kurnell, al sur de la ciudad. El punto de partida fue el lugar exacto donde llegó el Endeavour el 29 de Abril de 1770 y desembarcó el Capitán Cook (por entonces, solo era Teniente). Allí hay un bonito parque conmemorativo. La primera parte de la ruta transcurre junto a los acantilados hasta llegar a un curioso campamento de caravanas de surferos. Allí comienza la playa, cuyo arco de 6 kilómetros de arena recorrí de punta a punta hasta llegar a Cronulla. Esta parte del recorrido es bonita, pero posiblemente sea un infierno achicharrador en verano. Una vez en Cronulla, decidí rematar la jornada haciendo el paseo urbano por su península, pasando junto a casas con preciosas vistas frente a Bundeena y el Royal National Park (donde ya estuve el año pasado). Resulta sorprendente que una localidad de apariencia acomodada y tranquila sea también conocida por los disturbios raciales que tuvieron lugar allí en 2005.
domingo, 27 de julio de 2014
Mt Kuring-gai - Berowra
Hoy volví a calzarme las botas para recorrer otro tramo del Great North Walk entre las estaciones de tren de Mount Kuring-gai y Berowra. Este segmento enlaza con otro que ya hice el año pasado entre Berowra y Cowan. Aunque estamos en medio del invierno, el tiempo hoy fue muy soleado y agradable para pasear. El camino desciende hasta el Berowra Creek, una lengua de agua por la que el océano se adentra en la tierra. El camino transcurre todo el tiempo dentro del frondoso bosque, acompañando y cruzando algunos arroyos por rocas con escalones tallados y atravesando zonas inundables, por lo que esta ruta no es practicable en época lluviosa. A la hora del bocata una Kookaburra (el pájaro de la foto) demasiado ansiosa me obligó a continuar un rato más, y el hallazgo del día fue un Euastacus, una especie de cangrejo de río.
domingo, 13 de julio de 2014
Hunters Hill - North Ryde (por Lane Cove)
Hace unos meses mis amigos me regalaron por mi cumpleaños un libro sobre el Great North Walk, una ruta senderista entre Sydney y Newcastle de casi 300 km de longitud. Previamente ya había recorrido algunos tramos, como Berowra-Cowan o el parque de Lane Cove. Hoy me calcé las botas para hacer dos subtramos cercanos al origen de la ruta. En las guías dicen que son de dificultad "moderada" y "difícil" respectivamente, pero en realidad son fáciles y suman unos 15 kilómetros.
Después de dos años aquí ya no debería sorprenderme encontrar rutas como esta a un paso del centro. Solo me llevó 15 minutos en autobús llegar desde mi casa al inicio de la ruta, en el puente de Tarban Creek, que es uno de los 7 puentes de la caminata del año pasado. Desde allí un camino muy bien cuidado y señalizado transcurre paralelo a la orilla, siempre dentro del bosque y atravesando parques demasiado limpios y bien equipados para ser reales. Al llegar al dique de Lane Cove me separé del río para subir hasta la estación de North Ryde y regresar a casa.
Mención especial para los interesantes humedales que se pueden encontrar por el camino, así como para el parque abandonado hace 40 años y que la naturaleza ha reabsorbido.
miércoles, 9 de julio de 2014
Lawson-Hazelbrook
Este domingo cogí el tren a las Blue Mountains para hacer una ruta alrededor de Lawson. En realidad fueron dos rutas. Por la mañana, un circuito que visita las cascadas al norte de esta población, y por la tarde un paseo para conocer las cascadas al sur, y terminar en Hazelbrook. Como estamos en pleno invierno el tiempo era algo fresco tanto por el viento en las zonas despejadas como por la sombría humedad en el fondo del valle. Todo el camino transcurre subiendo y bajando las laderas de los valles para pasar junto a una docena de cascadas. No había mucha agua, por lo que las cascadas no lucían mucho, aunque también había que cruzar el río en varias ocasiones y no creo que se pueda hacer con seguridad si ha llovido recientemente.
Aprovechando el despejado y ventoso día de invierno, al terminar la ruta pude hacer una foto desde la pasarela de la estación de Hazelbrook desde la que se ve el skyline del CBD a 72 km de distancia, según el GPS.
Aprovechando el despejado y ventoso día de invierno, al terminar la ruta pude hacer una foto desde la pasarela de la estación de Hazelbrook desde la que se ve el skyline del CBD a 72 km de distancia, según el GPS.
miércoles, 18 de junio de 2014
Illawarra
El pasado fin de semana, a pesar de la descorazonadora previsión meteorológica, alquilé un coche y me fui con unos amigos a explorar la región de Illawarra, a unas dos horas al sur de Sydney. Ya había estado anteriormente en la capital de esta región, Wollongong. Esta vez aprovechamos el coche para recorrer pintorescas carreteras que cruzan verdes paisajes salpicados por granjas, ganado, colinas y lagos.
La primera parada fue en Robertson, una pequeña población alrededor de la "Big Potato", una roca del tamaño de un camión y con cierto parecido a una patata. Otros atractivos turísticos de este lugar incluyen un (autoproclamado) famoso puesto de empanadas y haber sido la localización donde se rodó la entrañable película del cerdito valiente, Babe.
El siguiente destino fue Fitzroy Falls, una aldea diminuta donde un río se precipita desde la meseta hasta el valle en una hermosa cascada de casi 100 metros de altura. La visita resulta muy fácil gracias al aparcamiento, centro de visitantes, red de caminos y miradores.
Luego fuimos al Illawarra Fly Tree Top Walk, una moderna y cara atracción turística que permite caminar por unas pasarelas metálicas suspendidas a decenas de metros de altura y asomarse entre las cimas de los árboles. Desde arriba, a vista de pájaro, se domina una magnífica panorámica de la sierra de Illawarra y la rasa costera. En cierta forma, me recuerda a la vista de la costa desde el mirador del Fito.
Tras descender por una sinuosa carretera, nos detuvimos en Kiama, un pueblo costero con un bonito paseo marítimo. En un acantilado se encuentra un bufón como los de Pría. Por desgracia, cuando hicimos la visita no se daban las condiciones de mar adecuadas y el bufón no estaba activo, así que no tengo fotos (para eso está Google Images). Creo que voy a volver por este lugar alguna otra vez a ver si tengo más suerte y para hacer un prometedor paseo costero.
La última parada, ya sin apenas luz, fue en las afueras de Wollongong para visitar el templo budista más grande del hemisferio Sur. Apenas nos dio tiempo para asomar la cabeza.
Fue un día muy entretenido y agradable. Para mi fue emocionante descubrir paisajes parecidos a los asturianos, con sus verdes praderas, sus vacas y sus carreteras llenas de curvas.
La primera parada fue en Robertson, una pequeña población alrededor de la "Big Potato", una roca del tamaño de un camión y con cierto parecido a una patata. Otros atractivos turísticos de este lugar incluyen un (autoproclamado) famoso puesto de empanadas y haber sido la localización donde se rodó la entrañable película del cerdito valiente, Babe.
El siguiente destino fue Fitzroy Falls, una aldea diminuta donde un río se precipita desde la meseta hasta el valle en una hermosa cascada de casi 100 metros de altura. La visita resulta muy fácil gracias al aparcamiento, centro de visitantes, red de caminos y miradores.
Luego fuimos al Illawarra Fly Tree Top Walk, una moderna y cara atracción turística que permite caminar por unas pasarelas metálicas suspendidas a decenas de metros de altura y asomarse entre las cimas de los árboles. Desde arriba, a vista de pájaro, se domina una magnífica panorámica de la sierra de Illawarra y la rasa costera. En cierta forma, me recuerda a la vista de la costa desde el mirador del Fito.
Tras descender por una sinuosa carretera, nos detuvimos en Kiama, un pueblo costero con un bonito paseo marítimo. En un acantilado se encuentra un bufón como los de Pría. Por desgracia, cuando hicimos la visita no se daban las condiciones de mar adecuadas y el bufón no estaba activo, así que no tengo fotos (para eso está Google Images). Creo que voy a volver por este lugar alguna otra vez a ver si tengo más suerte y para hacer un prometedor paseo costero.
La última parada, ya sin apenas luz, fue en las afueras de Wollongong para visitar el templo budista más grande del hemisferio Sur. Apenas nos dio tiempo para asomar la cabeza.
Fue un día muy entretenido y agradable. Para mi fue emocionante descubrir paisajes parecidos a los asturianos, con sus verdes praderas, sus vacas y sus carreteras llenas de curvas.
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